domingo, 24 de febrero de 2019

Despedidas - Final De Temporada: Parte I



'Nunca voy a dejar acercarte a mí, por más importante que seas para mi. porque cada vez que me abro, me lastima. Pero cada vez que me lastimas, menos lloro. Y cada vez que me dejas, estas lágrimas se secan más rápido. Y cada vez que te vas, menos te amo...Es triste pero verdad: soy demasiado bueno en las despedidas’
-Sam Smith



Era de esas noches en las que das vueltas en la cama sin poder dormir. Desperté a las 4:00,
a las 4:45, a las 5:13 y a las 5:33. Se ve que tenía muchos asuntos pendientes. Por un lado Mateo, que me había decepcionado. Me mintió que no podía venir a Córdoba, y en realidad vino a escondidas. Además mi amigo lo había descubierto esa misma noche en Grindr y cerca de nosotros. Es decir todo lo que construí en mi cabeza sobre él se había perdido. Creía que era diferente.

Me escribía diciendo que me extrañaba pero venía a Córdoba a escondidas y seguramente para estar con otras personas. Creía que estábamos avanzando hacia algo serio y era todo mentira. En un punto era mi culpa, en confiar en que alguien sin mucha experiencia en relaciones gays iba a entrar de lleno en una relación ¿En que estaba pensando?¿acaso era hora de decirle adiós? ¿o estaba siendo muy estricto?


A veces cuando conoces a alguien nuevo, querés confiar en lo que te dicen y dejarte llevar. No sospechar ni proyectar tus experiencias pasadas en las nuevas, porque, claramente no sería justo. Pero es cierto que también la gente, muchas veces, actúa igual a todos. ¿O acaso atraemos siempre el mismo tipo de gente que actúa igual?

Ese fin de semana era la Despedida de Solteros de mis amigos. De la primera boda gay del grupo. Estábamos contentos y no quería que todo esto de Mateo lo empañara. Con mi amigo estábamos encargados de comprar el cotillón para la fiesta, fuimos a comprar de todo y nos divertimos con los vendedores. En el medio de la compra me llega un llamado de Mateo. Nunca me había llamado. Además de que no podía atenderlo, no sé si quería. No tenía ganas de hacer todo ese acting de ‘está todo bien’ en medio de cotillón en forma de penes. Porque claro, él no sabía que yo sabía que me había mentido. Entonces desvié la llamada. Por supuesto que volvió a insistir. Todavía no sabía cómo afrontar la situación tampoco. Si decirle que lo había descubierto o si dejar ver hasta donde él sostenía la mentira. Como sea, no era algo que quisiera pensar en medio de máscaras y caretas en forma de penes.

Por supuesto que volvió a insistir más tarde y más de una vez. Es gracioso, porque antes de todo esto nunca me había llamado. Mientras más ignorás a alguien, más te busca. No tiene sentido. ¿Por qué no me llamó unas semanas antes cuando realmente moría por su llamado?


En medio de todo esto, tenía mi otro asunto pendiente: el Sr. Q. La semana pasada su novio me había dicho que él siempre hablaba de mi y justo cuando estaba por contarme algo revelador, se descompuso y se fue a vomitar a un rincón. Por otro lado, el Sr. Q, que actuó toda la noche extraño conmigo. Acercándose de más, diciéndome al oído que iba a terminar su relación y siguiéndome por todos lados. ¿Por qué hacía todo esto cuando estaba borracho?¿por qué nunca hacerlo sobrio?¿por qué todo tenía que ser tan ambiguo entre nosotros?¿cuándo iba a obtener de el Sr. Q una reacción verdadera y honesta?¿No era hora de despedirme de esta relación para siempre? Estaba exhausto de toda la situación, de estar pensando y analizándolo en vano por todo este tiempo. Era hora de avanzar.

Llegó la noche de la fiesta, tenía que dejar estos asuntos pendientes fuera de mi mente y ponerme en modo despedida de solteros. Nada mejor que festejar con mis amigos para ahogar las penas y celebrar. Celebrar que en medio de todos estos sentimientos confusos y el suplicio de la vida amorosa en esta ciudad, se puede llegar a un final feliz y por fin despedirse de la soltería. SI SE PUEDE. Algún día llegará ese día ¿algún día me llegará?


Después de una divertida fiesta con amigos y celebrando con los futuros esposos, decidimos salir a bailar a Club Paraguay a la Fiesta de La Britney. Con cotillón y todo, mis amigos eran los reyes de la fiesta y todos venían a sacarse fotos con nosotros y a felicitar a los futuros esposos. Fue una noche super especial y divertida.

En medio de toda la diversión y el disfrute, uno de mis asuntos pendientes apareció. Mateo me había escrito un texto gigante. Pero no quise abrirlo, no tenía ganas de ponerme a leer y que opaque la noche. Iba a seguir pateando ese asunto el mayor tiempo posible.

Pero siempre que pateás los asuntos pendientes, te persiguen, hasta que te chocan de frente. No, no choqué con Mateo, en el medio de la pista choqué con el novio del Sr. Q: Agustín (pongámosle así, aunque no sea su nombre). El estaba con amigos y miré disimuladamente a su alrededor para ver si estaba con el Sr. Q., pero por suerte no. Esta vez, ambos estábamos sobrios. Se acercó tímido a saludarme. Me agradeció que cuando lo vi vomitando, llamé al Sr. Q y me dijo que no se acordaba nada lo que me había dicho, me pidió perdón. Le expliqué que no era necesario, no me había dicho nada malo. En el fondo quería decirle que nunca completó lo que me iba a decir del Sr Q y de mi. Pero la situación ya era demasiado incómoda. Lo que si hice es preguntarle por el Sr. Q, si había venido con él, como para evitar el bache de silencio incómodo. Me respondió que no tenía idea, que habían terminado la relación. La incomodidad escaló a 1000. No supe qué decirle, así que el agregó información: ‘sabías que se va ¿no?’ , yo no estaba entendiendo nada. ‘¿a dónde?’ -pregunté. ‘Se va a trabajar afuera, a otro país’ me respondió haciéndose el que no le importaba tanto. ‘Ah, no, no sabía’ le contesté, haciéndome el que no me estaba muriendo por dentro. ‘No me dijo nada’. Una amiga vino a buscarlo y se fueron. Yo quedé inmóvil, impávido, sin saber que decir, ni qué hacer.


Después de este dato, no pude sacarme de la cabeza al Sr. Q. ¿a dónde se iba?¿por cuánto tiempo?¿se iba para siempre?¿por qué no me lo había contando cuando nos vimos?¿por eso estaba actuando raro todo este tiempo?¿por eso estaba desaparecido?¿iba a poder despedirme de él?¿pensaba irse sin despedirse?

Era imposible dormir con todo esto en la cabeza y no era para menos. Decidí leer los mensajes viejos de Mateo, para por lo menos cerrar un asunto. En los primeros me hablaba de que había soñado conmigo. Un sueño sexual. Esa es una de esas estrategias clásicas que se usan, cuando querés hablar con alguien y no sabés que excusa poner. Los demás eran mensajes extrañado de porque no atendí el teléfono y el mensaje final y mas largo un planteo de que no entendía porque había reaccionado así, que no esperaba esta actitud tan fría y cortante de mi. Es decir, estaba decepcionado el de mi. Intenté contestarle pero para mi sorpresa, o quizás no tanto, me había eliminado y bloqueado de todas las redes. ¿Quién era el infantil ahora?. No hizo falta despedirse de Mateo, él ya había hecho todo el trabajo por mi. Al menos este asunto estaba cerrado. Ni siquiera valía la pena llorar, ahora iba a dormir un poco más tranquilo.


Pasaron unos días, y todavía no sabía como encarar lo del Sr. Q. No sabía si escribirle o no, quizás ya se había ido. Pero como dije antes. Cuando pateás los asuntos pendientes, tienen esa costumbre de perseguirte hasta que te los chocás de frente. Así fue que una noche volviendo de cenar con amigos en Güemes, me lo crucé de frente. El estaba con una amiga y se sorprendió al verme venir de frente. Mientras nos acercábamos yo pensaba en lo poco mentalizado que estaba para este momento. Después de saludarnos con un lindo abrazo, acompañó a su amiga a tomar un taxi, para quedarse charlando conmigo.




Ahí pensé que quizás esta era la última vez que iba a verlo. Mi cabeza era una ensalada de emociones, sentía desde adentro gestarse unas lágrimas. Había llegado la hora de despedir al Sr. Q y no estaba listo…

Continuará…



Escrito Por Pablo M. Acuña


Pregunta para el foro: ¿Alguna vez tuviste que despedir a un gran amor?

12 comentarios:

Mauricio dijo...

Si, es difícil, pero ese gran amor es el lugar que uno lo pone. Porque a veces es mejor soltar, ayuda a crecer y encontrar nuevos horizontes

RAMI dijo...

NOOO, NO PUEDE TERMINAR AHI!!!! COMO SIGUE?!

Alvaro dijo...

He tenido que dejar ir tantos amores que ya perdí la cuenta. Pero sigo esperanzado que algún día no voy a tener que soltar nunca más. Saludos Pablo.

Beto dijo...

Mi primer amor ya no está conmigo y dejarlo ir fue lo más dificil que hice en mi vida. Pero el corazón, eventualmente sana. EL AMOR SANA.

Alejandro dijo...

Que linda columna Pablito. Si, claro, hemos despedido a tantos amores en el camino, que ya no podría contarlos con una mano. Quiero saber como sigue. Saludos!

Leonel dijo...

Muchos amores quedaron atrás, y la verdad así lo prefiero. No se puede encontrar al amor verdadero sin dejar atrás a los viejos. SOLTAR PARA SALTAR.

Nicolás dijo...

BUENAZO

Peter dijo...

Lo más complicado de despedirse de alguien es cuando realmente no estás preparado. Me pasó varias veces y me costó mucho superar a esos amores que se van de repente. Excelente columna.

Elias dijo...

ME PASÓ LO DE QUE EL CHICO QUE ME GUSTABA SE TUVO QUE IR A VIVIR A OTRO PAIS, PERO SE QUE VAMOS A VOLVER A ESTAR JUNTOS ALGUN DÍA. LO AMO TANTO QUE LO VOY A ESPERAR POR SIEMPRE.

Vic dijo...

Como sigue? donde sigue? cuando sigue?!!!

Osito dijo...

Me encanta seguir esta historia. Por supuesto que yo también tuve que despedir muchos amores, pero al final, vale la pena. Saludos! :)

Lucas dijo...

Tuve que despedir varios amores en mi corta vida, y muchas veces tuve ganas de bajar los brazos, por eso me identifico con ese sentimiento. Peor hay que seguir. FUERZA!!