martes, 24 de febrero de 2009

Sin Valentin



De vuelta en Córdoba, en estos insoportables días de verano y sin ganas de derretirme en la calle, volví a un clásico: películas. Con mis amigos Damián y Patt queríamos ver una buena peli así que fuimos a lo seguro: Almodóvar. Nuestro buen amigo Mauri nos mostró todas las que tenía en el videoclub y nos decidimos por Atame!. Obviamente la peli fue todo lo que esperábamos y más. No les quiero contar mucho de la peli, pero básicamente trata de un tipo (Antonio Banderas) que secuestra a una estrella de cine con la que está obsesionado. La secuestra y la ata en su propia casa pero siempre explicándole que lo hace con amor y argumentando que, obligándola a pasar tiempo con él, estaba seguro que se enamoraría. Y de hecho, es lo que sucede finalmente.

La peli me hizo pensar mucho en mi personalidad y hasta me sentí un poco identificado. No con la parte psicótica obviamente jaja, pero si con el hecho de que para enamorarse de mí, se necesita un poco más de tiempo, se necesita conocerme más a fondo. No soy de esas personas que te caen bien desde un principio, porque por lo general me muestro serio y hasta a veces antisocial.



En estas fechas románticas, mientras escucho a la gente que tiene pareja quejarse de porque existe San Valentín y a los que no tienen pareja quejarse de que están sin Valentín y quisieran festejar, decidí bloquear eso y ponerme a ver otras pelis que no había visto nunca. Es lo que hice el Día de los Enamorados. No lo niego, me hubiese gustado tener una de esas citas de películas en la que los personajes salen a cenar y después conversan mientras pasean por la ciudad de noche. Pero bueno, en lugar de eso decidí ver una película que trate de eso. Entonces alquilé unas que no había visto y que sabía que trataban de eso: Antes del Amanecer y Antes del Atardecer. Por si no la vieron la peli trata de dos personas que se conocen en un tren y comienzan a hablar y deciden bajarse y pasar todo el día juntos para conocerse, pero acuerdan hacerlo solo por ese dia. Por lo que la película es simplemente ellos dos conversando y conociéndose. Crean un vinculo tan fuerte que 9 años después, en la otra película: Antes del Atardecer, se reencuentran para darse cuenta que lo que vivieron fue demasiado intenso para olvidarlo. Eso me hizo pensar en lo importante que es prestarle atención a alguien, conocerlo y enamorarse a partir de eso. Lo que me lleva a preguntarme si cuando conocemos o cuando estamos con alguien ¿cuán importante es atender y saber todo acerca del otro?¿cuán importante es entenderlo?¿y si es verdad lo que dicen de que en realidad podes enamorarte de cualquier persona con solo prestándole atención?

Por lo general, en mi caso, cuando me gusta alguien trato de averiguar todo sobre esa persona. Me encanta observar sus actitudes, saber que piensa sobre diferentes temas y las cosas que le gusta y las que no. De esa forma puedo enamorarme de esa persona y de alguna forma saber si le voy a interesar a él. Saber sobre la otra persona, me hace sentir más seguro. Si fuera por mí leería lo equivalente a un libro de medicina sobre otra persona. Pero lo cierto es que hoy por hoy, la gente ya no te presta tanta atención, en lugar de escucharte y tratar de conocerte, simplemente está pensando en que contarte de su vida o contarte lo que él hizo en una situación parecida, sin realmente atender o entender lo que vos estás hablando. Como si fuera una competencia. Es eso lo que me sorprendió de esta última película, que mas allá de hablar toda la película, ambos personajes sienten la necesidad de escuchar lo que opina el otro y cuando tienen una opinión contraria lo que hacen es argumentar para que el otro entienda siempre con tolerancia o con chistes simpáticos, sin pelear o enojarse. Interesarse por lo que el otro piensa, por como lo piensa y si no concuerda con lo que pensas, tratar de entender y aceptarlo igual. Para mí eso es estar enamorado de alguien.



Por otro lado están los que, por no prestar atención, se pierden de saber que hay gente que está enamorado de ellos y que todo este tiempo lo tuvo frente a sus narices. Claro que en ese caso ambos son culpables, pero seamos sinceros, a veces esas personas no se dan cuenta ni que se lo escribas con fibrón. También es verdad que somos un poco cobardes, todos tenemos una lista de chicos de quienes hemos estado enamorados y nunca les dijimos nada. A mí me pasa con un chico que se llama Martin, que es amigo de un amigo y cada vez que nos vemos nos saludamos amistosamente, pero nunca pasamos de eso. Es de esa gente que se nota que son buenos tipos a millas de distancia y eso no lo sé solo por intuición, todo el mundo lo dice y todos hablan bien de él (algo difícil de conseguir en "el ambiente"). A veces me molesta y me entristece el hecho de saber que quizás él es todo lo que busco en un novio y viceversa y quizás nunca lo sepamos.

Lo opuesto me pasó en la secundaria, con un amigo que fue, sin duda, mi amor de secundaria. Éramos muy buenos amigos, nos llamábamos todos los días por teléfono para hablar por horas sobre nuestras vidas, íbamos juntos al cine y la pasábamos excelente el uno con el otro. Es más nunca tuve tanta química con un amigo o novio, como la tuve con él. Pero el si me estaba prestando atención, siempre me prestó atención, es por eso que se dio cuenta que me estaba enamorando de él y decidió alejarse. Claro, no era gay. Pero cada tanto tengo un sueño en el que me despierto con él al lado y, no sé cómo explicarlo, pero es como si tocara la felicidad con las manos. Siempre me pregunté si se alejó porque él sentía lo mismo que yo, pero supongo que nunca lo sabré.



Entonces creo que prestando atención a la persona que te gusta, escucharlo minuciosamente, observar sus movimientos y encontrar esos detalles que lo hacen adorable, es en realidad la forma en que podes quedar profundamente enamorado de alguien. Si solo prestáramos un poco más de atención.
Ese lunes después de San Valentín, estaba aburrido y decidí ir al cine a la función de las 23. Creía que no iba a haber nadie, pero me equivoqué. De hecho, me RE equivoqué, porque mientras esperaba a que empiece la película lo vi entrar, a él, mi amor de la secundaria, casi 6 años después, de la mano de su novia. Ni siquiera sabía que estaba en Córdoba. Durante la película, observaba lo dulce que era con su novia, Y ahí fue cuando me cayó la ficha, me di cuenta que estaba solo y de lo mucho que extraño estar con alguien. Pero también me di cuenta de algo más importante: una vez que realmente le prestas atención a alguien, podes quedar enamorado por mucho, mucho tiempo y que quizás las relaciones en realidad no se desgastarían nunca si no dejamos de interesarnos por el otro, si no dejamos de atender y entender.

Pabl3Te
¿Cuándo estás con alguien, le prestas la atención que se merece?

domingo, 1 de febrero de 2009

...Infierno Grande



Mientras tanto en Santiago del Estero, más conocido como el infierno, eran mañanas de calor, tardes de calor y noches de más calor. Lo que me llevaba a estar todo el día encerrado en mi casa, por lo que aproveché para adelantar trabajo, pero claro, necesitaba unos recreos. Lo que me llevó a volver al chat (si, a ese que todos entramos alguna vez, ja), todo para comprobar mi teoría de que nunca hay santiagueños en estos chats. Cuando ya me estaba por ir, apareció un Marcos y me habló. Cuando me confirmó que era de Santiago, no lo podía creer. Después de que me aseguré de que era verdad y no era una alucinación por el calor, nos pusimos a conversar de nuestras vidas. Me explicó que en realidad no sabía si era gay, que está en una etapa de confusión sexual y que se sentía algo raro al tenerla a los 28 años, pero no podía dejar de pensar en eso. Me hizo algunas preguntas, traté de contarle y explicarle lo que significó para mí el aceptar lo que me pasaba y como ahora, después de toda esa etapa oscura, no lo cambiaría por nada. Estuvimos chateando por cuatro horas y se hicieron las dos de la madrugada, entonces me preguntó si le gustaría tomar un helado, ahora, ¡ya!. Recordé que cuando me dejaron plantado en las dos últimas citas a ciegas, decidí no volver a aceptar, pero no tenía nada que hacer y tenía un buen presentimiento. Además que al 2009 le tengo mucha fe, así que me cambié y en veinte minutos llegué a la plaza principal, frente a la heladería.
Debo decir que fue raro, por primera vez, no ser el más inseguro y tímido de los dos. Lo bueno es que entendí exactamente por lo que él estaba pasando, así que traté de hacerlo sentir cómodo y por suerte, después de unos cuantos comentarios graciosos, lo logré. Esto me hizo recordar muchísimo a mi primera cita a ciegas, que fue en Córdoba, con un chico que, coincidentemente, se llamaba Marco (sin la s), y era en una época en que yo todavía estaba en el closet y tuve que inventar una excusa para irme de una reunión de amigos. ¿Se acuerdan de esas épocas?

Como sea, mientras tomábamos el helado, Marcos se fue soltando y comenzó a preguntarme más sobre mi vida y como fue salir del closet con mis amigos, con mi familia y como llegué a donde estoy hoy. A medida que le contaba, yo mismo me sorprendía de algunas respuestas y de todo lo que me había pasado. Fue raro darse cuenta en ese momento todo lo que había superado (por decirlo de alguna forma), o sea, ¿Por qué casi nunca nos damos cuenta cuando hemos madurado pero si nos damos cuenta cuando estamos inmaduros para ciertas situaciones?¿que es lo que nos da la pauta de que hemos superado una etapa y que estamos listos para superar otra?



En una provincia chica como Santiago del Estero, debo decir que no es nada fácil. Hace unos años un amigo gay, ex compañero de la secundaria, volvió a Santiago y llevó a su novio con él. Obviamente salieron y todos se enteraron, se sorprendieron tanto que por poco sale en los diarios. Al día siguiente todos sus amigos, sus padres y todos sus parientes sabían lo que habían hecho esa noche y tuvo que dar algunas explicaciones. Ya saben lo que dicen: ‘pueblo chico…".

Creo que si me hubiese quedado ahí, hubiera tardado muchísimo más en salir del closet, hasta quizás, como muchos, nunca lo hubiese hecho. Este, como todos los años, volví para las fiestas y me encontré con mis amigos de la secundaria, fue raro, porque ellos ya saben que soy gay y muchas veces siento que dejan de hacer ciertos comentarios o tratan de obviar temas para que yo no me sienta mal. Y nunca me preguntan si estoy saliendo con alguien y mucho menos hablar de sexo. Es como que sigue siendo tabú y eso me hace de alguna forma, volver en el tiempo, es como volver a esa etapa de mi vida. Como cuando esa tía te pregunta: "¿para cuándo la novia?" Y vos tenes que sonreír e inventar algún chiste para salir del paso. Antes renegaba bastante de todo eso, pero ahora estoy en otra etapa, en la que la mayoría del tiempo estas cosas me parecen graciosas. Hoy mismo me pasó algo gracioso, cuando fui a comprar una bermuda, el cajero no me quiso dar una bolsa con manijas rosas porque iba a ´parecer muy gay´ ja, como si tuviera que ver con eso. Ojalá fuera así de fácil.

Ser gay, aceptarlo y estar cómodo con eso, es un proceso que (seamos sinceros) no es para todos. Obvio que no debería ser así, algún día seguramente esto va a cambiar, pero mientras tanto, es una lucha que no todos están dispuestos a pelear o no todos tienen los guantes para subir a este ring. Creo que cada uno es dueño de su vida, por eso a veces entiendo a algunos que nunca pudieron salir del closet y ahora tienen familia e hijos y trataron de olvidarse de esa parte de ellos, por el sueño de tener una familia y que todo sea menos complicado (complicado en cuanto a las trabas sociales, no me refiero a la vida en sí)

Mientras hablábamos de esto, Marcos me escuchaba muy atentamente y es porque segundos después me confesó que tenía una hija y que es lo mejor que le paso en la vida, ella lo cambió para siempre. Pero también me dijo que se había separado de su mujer porque la convivencia se le hizo insoportable.

Pienso que a medida que pasa el tiempo, te vas dando cuenta de las cosas que querés para tu vida, de lo que soportas y de lo que no. Esa es sin duda una señal de que has madurado, poder detenerse a pensar: ¿esto es lo que quiero para el resto de mi vida? Y a partir de la respuesta de esa pregunta, actuar. De todas formas, cuando superamos una etapa, no es que no nos damos cuenta, sino que en realidad por lo general pasa que apenas superamos una etapa, inmediatamente pensamos en superar la próxima, en lugar de disfrutar de la etapa en la que estamos. Esto es, sin duda, una de las razones por las cuales las parejas en donde hay una diferencia de edad no siempre funcionan, porque ambos quieren superar la próxima etapa y por supuesto nadie quiere retroceder etapas y a veces, aunque uno lo quiera, no siempre lo puede hacer.



Algo aun mas importante en esto de superar etapas, es el hecho de animarse y arriesgarse a vivir las experiencias que nos van a hacer superar cada etapa. Porque claro, una cosa es decirlo y otra es hacerlo. Ya habíamos terminado el helado con Marcos y de repente, se largo a llover, así que ofrecí llevarlo a su casa en el auto. En el camino, la lluvia se volvió muy intensa y tuvimos que parar un rato, porque no se veía nada. Yo le conté de lo mucho que me gusta la lluvia y mucho más cuando estoy con alguien. Ahí es cuando me dijo que la había pasado muy bien, que hacía mucho que no se sentía así y que le gustaría besarme, porque quería ver que sentía. Nunca acepto ser el primero (en nada) porque la verdad es que casi nadie se queda con el primer amor, ni con la primera vez. Pero en este caso, no tenía esa presión, porque era algo con fines científicos, entonces nos besamos. Fueron unos muy buenos besos debo decir, ambos quedamos bastantes conformes. El me dijo, un poco en broma, un poco en serio, que ahora sí que tenía cosas que pensar. Finalmente la lluvia paró y llegamos a su casa, claro que lo dejé a unas cuadras para que nadie lo viera. En la despedida, saco de su bolsillo una cadenita que había encontrado ese día en su casa. No tenía nada, era solo la cadenita. Me dijo que aunque no significara nada, me la quería dar para que me acuerde de él y de ese momento. Me emocioné tanto por ese simple acto, que me di cuenta que nunca superé la etapa en la que me enamoro de los pequeños tiernos actos de la gente; y espero nunca superarla. Es bueno saber que, si bien que el infierno es grande, al menos todavía hay gente cálida.

Pabl3Te

Después de superar una etapa ¿sos de los que disfrutan del momento o de los que se esfuerzan por superar la próxima?