miércoles, 11 de diciembre de 2013

Joven & Alocado ( Parte II )



Previamente…Caín nos había descubierto. Yo me había paralizado. Cuando Caín intentó unírsenos y Abel lo empujó, Caín reaccionó mal y salió corriendo a decirle a mi mamá lo que estábamos haciendo. Rápido nos vestimos y salimos detrás de el para tratar de detenerlo. Pero parecía decidido, ya había tocado el timbre. Entonces antes de que mi mamá saliera, se me ocurrió una idea: le dije que si no decía nada, le iba a dar plata, $100, que en esa época era muchísimo más que ahora. Mi mamá salió y Caín no dijo nada. Busqué la plata le dije que tampoco le diga nada a su madre. El aceptó.


EVANGELIO 1:6 – LAS ESCALERITAS DEL PECADO


Caín nos había dejado tranquilos por un tiempo. Con Abel nos veíamos mucho menos y a escondidas por las dudas. Creía que estaba todo bien, pero no. Un día, Caín comenzó a pedirme plata en la escuela, para no contarle a mis compañeros. Todos los días tenía que darle la plata que me daban para el recreo o él iba a contarle a todo el mundo que era gay. Digamos que esas semanas adelgacé unos kilos. No solo era horrible porque consideraba aCaín uno de mis amigos, sino también por lo que pasó semanas después. Abel se enteró que su hermano me estaba sobornando y en lugar de ayudarme, el también comenzó a hacerlo. No lo podía creer, sobre todo porque creía que le gustaba de verdad. El problema era que ya no tenía más plata ahorrada y tuve que hacer algo dolorosísimo: robarle a mi mamá. Había caído al fondo del pozo. No podía caer más bajo. Incluso pensé en suicidarme y terminar con todo. Hasta que un día, Caín me pidió una cantidad de plata que yo no tenía, me dijo que si no se la daba iba a hablar con mi mamá. Cuando llegó a mi casa, yo lo estaba esperando afuera. En la calle no había nadie. Le dije lo basura que era y que ya no me importaba si le decía a mi madre o no. Y cuando estaba por hacerlo, lo tomé de los brazos, lo tiré al piso y comencé a golpearlo. Esa fue la única vez que me agarré a las piñas con alguien. El me pidió que parara que no iba a decir nada y se fue. Y nunca más me molestó, ni él, ni su hermano. De a poco y en secreto, ahorré y le devolví la plata que le había robado a mi madre.





 EVANGELIO 1:7 – EL BUEN CAMINO DEL EXORCISMO 


Uno de eso días en que me escapaba de la escuela para ir al Parque que quedaba cerca, y sentarme a pensar mirando el río. Decidí que lo mejor que podía hacer con todo lo que sentía era bloquearlo. Exorcizar esos sentimientos homosexuales e intentar que se vayan. En mi cabeza tenía sentido. Sentía que no podía seguir sintiéndome un pecador. Volví a mi casa, tiré todas las películas gays que tenía escondidas, las revistas y hasta dejé de tocarme por un tiempo pensando en hombres. Hice nuevos amigos y traté de buscar un deporte que me gustara para distraerme. Así conocí a Adán (no se llamaba así obviamente). Nos hicimos muy amigos. Era un muy buen tipo y me gustaba que podía conversar con el por horas sobre temas diferentes a los que estaba acostumbrado: como las relaciones, el sexo y otras cosas pero desde un lugar maduro. El se puso de novio con una de mis amigas, me pedía consejos y hablábamos todo el tiempo de su relación. Esto lo llevó a pensar que yo debería salir con una de sus amigas de la infancia que iba a nuestra misma secundaria. El decía que no podía dar tantos buenos consejos y no tener novia. Entonces me presentó a su amiga (Eva).


EVANGELIO 1:8 – LA PARÁBOLA DE ADÁN Y/O EVA 


Con un poco de dudas aún sobre mi sexualidad, decidí probar y tratar de conquistar a Eva.Adán me ayudaba a hacer estrategias para conversar con ella, me hacía gancho (así se decía en esa época ja). Adán le llevaba cartas que yo le escribía y hasta flores. Eva me parecía una chica linda y con quien podría llegar a funcionar. Mientras eso sucedía, mi amistad con Adán crecía muchísimo más. Y comenzaba a confundirme si mis sentimientos por él eran algo más que amistad. Durante las noches fantaseaba como sería tener sexo con ella pero a veces, se aparecía él en la fantasía. Era una lucha constante entre lo que sentía y lo que quería sentir. En la escuela trataba de conquistar a Eva, pero todo el resto del tiempo me la pasaba con Adán. Íbamos a ver películas los dos solos y hasta me llevaba a pasear con su familia los domingos. Su familia me amaba. Hasta que el profesor deGeografía organizó un viaje al Sur entre los diferentes cursos. Al que fuimos los tres. En el viaje, Adán terminó su relación con mi amiga. El estaba mal y yo como uno de sus mejores amigos, trataba de escucharlo y ayudarlo. No me gustaba verlo mal y ahí fue cuando me di cuenta de cuánto lo quería. Estaba todo el tiempo tratando de animar a Adán y me gustaba mucho más estar con él. Como si fuera poco, nuestras habitaciones del hotel, estaban cerca y yo siempre lo pasaba a buscar para irnos a alguna excursión o para ir al comedor. Una de esas veces, llegué y me dijo que se había dormido y se tenía que bañar para bajar a cenar, entonces lo esperé. Salió del baño solo con su toalla. No sé para que había tirado todas las películas porno, porque de repente, estaba viviendo una. Nunca lo había visto sin remera. Sabía que tenía lindo cuerpo, pero no que parecía un modelo de Calvin Klein. Los hombros, las piernas, los abdominales marcados, sus lunares y el agua, parecía un sueño, un sueño porno. Me encantaría estar exagerando, sobre todo en ese momento, pero estaba sucediendo de verdad. Quedé mudo mientras él se vestía. Afuera la temperatura era bajo cero, en esa habitación, entre el vapor del baño y mi calentura, yo no paraba de transpirar. A esa altura no sabía que era peor, mirarlo o imaginarlo desnudo. Traté de no mirarlo. Obviamente nada pasó, pero fue ahí donde lo confirmé. No había caso, no era una etapa que se pudiera superar, ningún sentimiento que se pudiera bloquear o exorcizar. Me gustaban los hombres. Me gustaba Adán.




EVANGELIO 1:9 – SI NO TENGO AMOR NADA SOY

Después de cortar con Adán, mi mejor amiga intentó reconquistar a su ex, porque sentía que se merecían otra oportunidad. Ella no estaba segura porque creía que él ya no sentía nada por ella. Por cómo se miraban, yo siempre le decía que él estaba enamorado de ella todavía. Y que ya que ella fue la que lo dejó, ella debería ir a decirle lo que sentía. Pero algo terrible sucedió. Su ex falleció en un accidente automovilístico y mi amiga nunca pudo decirle lo que sentía. Ella quedo destrozada por supuesto y todos en el curso también. No podíamos creer que ya no lo íbamos a ver más. Eso me hizo ver las cosas desde otra perspectiva, a valorar la vida y a ser honesto con mis sentimientos y con mi sexualidad. No podía seguir escondiéndome para siempre o sintiéndome culpable. Sentía que si negaba sentir amor, era como negar todo lo que era. Dijo Pablo en corintios: Si no tengo amor, nada soy. Si no tengo amor vengo a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe. Entonces decidí decirle a Adán que me pasaban cosas con él. Lo invité al cine y él me dijo que tenía que contarme algo también. Después de la película, lo veía nervioso y preocupado. Más que yo. En mi mente rezaba porque el sintiera lo mismo que yo. Pero no. Me confesó que hacia unas semanas, el estuvo con Eva y que no sabía cómo decírmelo, pero que se habían enamorado. Nunca aguanté tanto las ganas de llorar. Le dije que estaba todo bien, que agradecía su honestidad y que le deseaba lo mejor. El no me creyó, por mi cara de tristeza obviamente y pensó que yo me había enojado por su traición. Entonces decidió alejarse, al igual que yo, que no soportaba ver cómo me miraba, con un poco de lástima. Siempre me pregunté si en el fondo se había dado cuenta de algo o si él sintió algo alguna vez. Pero no volvimos a ser amigos nunca más.

EVANGELIO 1:10 – LA REVELACIÓN DE JUAN

En el último año de la secundaria, conocí a Juan, en una especie de boliche lo más cercano a gay-friendly que había en Santiago del Estero. El iba a segundo año de psicología de laUniversidad Católica. Obviamente la primera vez que entré al boliche, tenía muchísimo miedo, estaba solo en un lugar que no conocía, no sabía qué hacer. El se acercó y me dijo que le resultaba conocido, lo que me aterrorizó mucho más, hasta que después me dijo que era una excusa. Conversamos de nuestras vidas y me convidaba tragos que no me gustaban para nada. No me quedaba claro si quería ser mi amigo o algo más, hasta que me invitó a ir a su auto a charlar ‘mejor’. Me dio un poco de pánico ir al auto de un extraño, así que le dije que mejor vayamos al mío. Eso me daba como 3% menos de pánico, pero me animé. Cuando sube, ve los cds que tenía en la guantera: uno de los Backstreet Boys y uno de Britney Spears. Por si no le había quedado claro lo de mi homosexualidad. Dimos unas vueltas en ese barrio, yo no tenía idea que hacer y estaba muy nervioso. El me dijo que estacionara un rato, estábamos en el medio de la nada, solo nos iluminaba la luna llena gigante que había esa madrugada. Hicimos los asientos para atrás y nos quedamos charlando mirando la luna. Después de unos chistes terminamos hablando de nuestras familias. Yo le conté que me iba a vivir a Córdoba y de los miedos que tenía de ser gay y la culpa que sentía. El me dijo que a él le pasaba lo mismo. Venia de una familia ultra-religiosa. Pero me explicó que un día se puso a pensar realmente en cómo sería Dios, porque todo el mundo piensa que sabe como es, pero la verdad es que nadie puede saberlo con seguridad. Es como cuando la gente habla de la muerte o del amor. Nadie sabe. Entonces llegó a la conclusión de que seguramente Dios no castigaría a nadie por amar, por querer a alguien, sea del sexo que sea o de la orientación sexual que sea. Dios nos quiere a todos por igual y que era como ridículo pensar que no sea así. En todo caso a Dios le importa mucho más si sos un mal tipo o un buen tipo. Así que, si era un buen tipo, nada malo podía pasar y no tenía porque sentir culpa de nada. Un razonamiento muy simple si se quiere, pero en ese momento me voló la cabeza y me hizo ver todo desde otro lugar. Después de eso, nos comenzamos a besar por un largo rato y nos quedamos abrazados y acariciándonos hasta que amaneció. Fue hermoso.


ÉXODO Y EL ÚLTIMO TESTAMENTO

Después de eso y antes de mudarme a Córdoba, decidí que no iba a culparme más, ni tratar de matar a mi yo. Que mis padres, aunque tuvieron algunos errores como todos los padres del Universo, tuvieron muchos más aciertos, porque habían criado a un buen tipo. Lo que no debe haber sido nada fácil. Y que todo lo que me pasó y viví en la adolescencia, lo malo y lo bueno, fue esencial para la persona que era hace once años cuando llegué y para la persona que soy hoy.
Dijo Pablo en Corintios: Cuando era niño, juzgaba como niño, hablaba como niño, pensaba como niño, blah blah blah como niño. Más cuando fui hombre, dejé lo que era de niño.
Digo yo en esta columna: Cuando era niño, juzgaba como niño, hablaba como niño, blah blah blah como niño. Ahora que soy hombre, me esfuerzo cada día para no olvidarme de lo que aprendí siendo niño y volver a sentir, amar, como cuando era niño, creer en la felicidad como cuando era niño. Creer que Dios me ama tal cual soy y sobre todo, creer en mí mismo. Porque si llegué hasta aquí, es gracias a lo que fui y cómo lo fui. Amé, amo, amaré y amén.

Dedicado a la memoria de Luciano B.

Gracias a Lugaresgaycba por permitir expresar quien soy durante 65 columnas y por las que vendrán. A los que me leen, a los que comentan y a los que me enseñan de la vida a través de sus experiencias…

Pablo M. Acuña
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 Pregunta del foro: ¿Qué experiencias de la secundaria te marcaron para formar lo que sos hoy?

Joven & Alocado ( Parte I )


Con el Sr. Q omnipresente y aún así ausente en mi vida, mientras rezaba para que se me apareciera en cuerpo y alma, resucitara aunque sea en un mensaje de texto o exorcice a su novio de su vida, decidí seguir mi camino y tratar de no obsesionarme. La esperanza es lo último que se pierde, pero tampoco voy a perderme de darle la oportunidad a alguien nuevo. Así es como de repente en mi vida apareció el Niño F. Se sobreentiende por su sobrenombre que es más chico que yo, y eso era lo que complicaba un poco la situación. Por lo general, la edad no es un problema, salvo en este caso. Porque si comenzaba la relación tratando de proyectar algo, iba a ser complicado visualizar un futuro con él. Pero, por otro lado, yo también fui joven y sé que la madurez no viene con la edad, sino con la experiencia. ¿Entonces tenía que darle una oportunidad al Niño F?

Mi primer novio me llevaba casi 18 años y Dios sabe que todo hubiera sido diferente si yo me hubiera dado una oportunidad con él y viceversa. Y eso que en ese entonces no creía en Dios. Todo era muy diferente en ese entonces, mi edad, mis creencias, el país, el mundo y mi madurez. Aunque antes de llegar a Córdoba algo de experiencia tenía, o al menos eso creía…


EVANGELIO 1:1: A LOS ONCE Y EN UN SUEÑO

El santito de la escuela, excelente conducta, excelentes notas hasta en educación física, donde era un desastre, sin embargo, siempre le caí bien a los profesores de educación física y ellos a mí, claro que por distintas razones en la mayoría de los casos. El mejor amigo del curso a quien ponían al más rebelde de la clase a sentarse conmigo para que sus notas mejoraran y lo hacían. Me llevaba bien hasta con ese de la clase que todos odiaban. Pero si había tenía un enemigo. Un alumno de otro curso que era detestable, pedante y agresivo con esos compañeros que ya alertaban a mi inmaduro gay-dar. En esa época, los bullys no existían y sinceramente en una escuela pública a nadie le importaba mucho lo que pasaba en los recreos. Mucho más en una escuela gigantesca. Pero yo lo veía todo. Escuchaba los gritos y veía como desnudaban en pleno pasillo a ese compañero algo afeminado. La impotencia de no poder hacer nada y el miedo a que si lo defendía, quizás iban a pensar (o saber) que yo también era gay, aunque ni siquiera yo lo tenía tan claro. Hasta que un día, me quedó un poco más claro, cuando en un sueño, peleábamos cuerpo a cuerpo, sin remera, en medio de los demás compañeros. Realmente lo detestaba, y era una pelea con mucha brutalidad lo golpeaba y le ganaba. Él, como la mayoría de los chicos malos, era hermoso y sexy. No pude evitarlo, me desperté en el medio de la noche y había sucedido. Mi primera eyaculación, había tenido un sueño húmedo. No sabía que me pasaba, y no se lo conté a nunca a nadie, ni a mis padres. Un tiempo después escuché entre mis amigos lo que era ‘hacerse una paja’ y entonces supe que era lo que me había pasado. Desde entonces, siempre que lo veía sentía rabia y al mismo tiempo me calentaba sexualmente. De todas formas, sentía que estaba haciendo algo malo, que estaba pecando en muchos sentidos. Antes de dormir, con mi mamá siempre rezábamos y yo en silencio, siempre pedía perdón por sentir eso por un hombre. Por muchos años seguí haciendo ambas cosas: tocándome pensando en ese compañero y sintiéndome culpable después. Al bully, lo encontré muchos años después en un boliche gay, a mi me calienta el sado-masoquismo y el compañero afeminado es ahora un exitoso transformista en Tucumán. La vida es bella.

EVANGELIO 1:2 : DIOS ESTÁ EN TODOS LADOS (Y MIS PADRES TAMBIÉN)

"Aunque no lo veamos, Dios está en todas partes" y cuando dicen que Dios nos creó a su imagen y semejanza, le dio esa misma omnipresencia a mis padres. Hubo una época en que estaban siempre pendientes de mis comportamientos, de mis amistades, de lo que hacía y lo que no. Hasta pensaban que mis amistades me estaban arruinando y siempre me amenazaban con enviarme a una escuela privada y religiosa. Quizás sabían que algo me estaba pasando o que algo estaba ocultando. Porque siempre fui malísimo para mentir, y en esa época lo era mucho más. Pero en realidad eran ocultamientos. Tenía miedo que descubrieran algún lado homosexual, algo que me delate. Y eso me hacía parecer un sospechoso en mis actitudes. Sobre que de por sí, era bastante sigiloso y callado, no ayudaba para nada el hecho de que tenía pruebas del pecado escondidas en la casa. Porque en esa época no se podía borrar un historial de la compu. En esa época era un videocassette gigante, por lo general rojo, de una porno alquilada en el videoclub en el que había mentido la edad, las revistas gays NX escondidas detrás de los juegos de mesa, recortes de publicidades con hombres casi desnudos y un diario intimo que me había regalado una amiga donde escribía cartas y poesías a chicos que me gustaban y lo que me pasaba con ellos. Ya en ese entonces tenía ganas de escribir todo. Claro, que en esa época, escribir y tener un diario era algo muy gay. Ridículo. Hasta que un día, mi madre, que todo lo ve, encontró el diario y me preguntó porque lo tenía escondido delante de todos en el almuerzo. Nunca supe si lo leyó o no, tenía un candadito de esos de juguete. Inventé algo super sospechoso, mencioné algo de Doug Narinas y me hice el enojado. Esa noche, corté todo lo que había escrito, lo quemé y dejé de escribir por el miedo a ser descubierto. Por las dudas. La desconfianza de mis padres iba creciendo cada vez más, al igual que mi paranoia


EVANGELIO 1:3 - SOMOS LA OSCURIDAD DEL MUNDO

Después llegó el primer enamoramiento. Aunque en realidad para mi compañero era más explorar su sexualidad, yo ya estaba seguro de lo que quería. Así es que cuando venía a estudiar conmigo durante las calurosas siestas donde todos dormían y mientras mi mamá estaba en el trabajo, comenzó un jugueteo muy adolescente con ese compañero (a quien llamaré D). A veces sentía que yo lo pervertía y me sentía lo peor del mundo, entonces dejaba de hablarle, pero él siempre volvía, él también tenía ganas. Y cada vez, subíamos la apuesta, aunque después nos sentíamos sucios y culpables, muy culpables. Entonces nos ignorábamos por un tiempo. Pero claro, éramos adolescentes y nada detenía las ganas. Hasta que una vez, en la escuela, decidimos pedir permiso para ir al baño a la misma hora y nos encontramos en el baño. Ahí nos desnudamos e hicimos todo, o lo que creíamos que era hacer de todo en ese entonces. Pero justo entró alguien al baño, nos asustamos, recuerdo que sentí algo horrible, que mi vida estaba terminada y me venían imágenes como las que ves antes de morir. Era el conserje limpiando el baño. Rápidamente, D pasó al cubículo del lado por debajo, le pasé la ropa y nos fuimos de ahí casi corriendo sin que nos descubriera. Después de eso, decidimos parar un poco, él se puso muy mal y me dijo que estaba mal lo que hacíamos, que teníamos que parar. Y lo entendí. Nos dimos un último beso muy triste y lleno de frustración. Y nunca más hablamos sobre el tema. Él después se puso de novio con una chica, siempre tuve claro que era heterosexual y que solo estaba experimentando.

EVANGELIO 1:4 – LA PRIMERA COMUNIÓN & LA CONFIRMACIÓN DEL INFIERNO

Como todo adolescente de padres cristianos y de muchas tías hipercristianas, tuve que hacer la Primera Comunión para no ir al infierno. Infernal era levantarse los domingos a las 8 de la mañana para ir a catequesis. Lo único por lo que iba era para ver ese chico del barrio, que era un poquito mayor y que, aunque durante la clase era angelical, todos en el barrio sabían que era un demonio. Eso me calentaba obviamente. Trataba de concentrarme en las clases, pero solo veía sus brazos y sus piernas. Pero tenía que calmarme, estaba en la Iglesia, no podía pervertir todo. Como si fuera poco, el sacerdote de la Iglesia, era lo más estricto y te preguntaba cosas de la Biblia en el medio de la multitudinaria misa de los domingos. Te hacía pasar al frente y te gritaba si no sabías la respuesta. Es decir, dos horas de puro sufrimiento y terror. Para mí era complicado concentrarme, sobre todo porque siempre terminaba al lado del vecino que era alto como yo. Y durante la misa, tenía que tomarle la mano para rezar, darle la paz y soportar estar a su lado, casi pegado, todo transpirado en esa microscópica iglesia de barrio, en la misa del mediodía, con ventiladores insuficientes en Santiago del Estero. Pero tenía competencia, nuestro joven catequista, estaba obsesionado con él, casi tanto como yo. Siempre lo estaba buscando y siempre que podía le tocaba el hombro y cosas más obvias. Y yo notaba que le interesaba más que como alumno. Mi vecino se aprovechaba de eso muy bien sobre todo durante los exámenes. El catequista nos hablaba de los mandamientos, del significado de pecar y de todas las cosas que teníamos que confesar al sacerdote antes de tomar la hostia. Al poco tiempo al catequista ese, lo trasladaron y en el barrio se comentaba que se había quedado con plata de las limosnas. ¡Que santo! Antes de la Primera Comunión pensé si confesarle al sacerdote mis pensamientos impuros, sobre ser gay y demás, pero decidí que no tenía nada de malo, como querer estar con alguien iba a tener algo de malo. Si Dios existía, estaba seguro que iba a entender. Hice la Primera Comunión pero no la Confirmación. Le expliqué a mis padres que no estaba seguro de eso, que no sabía si creía tanto en la Iglesia y en la religión. Ellos entendieron.


EVANGELIO 1:5 – CAÍN & ABEL

En la escuela, tenía muchos grupos de amigos. Entre ellos había algunos que veía seguido ya que vivíamos en el mismo barrio. Caín (así le voy a decir) era uno de los consideraba buenos amigos. Tenía un hermano menor (al que voy a llamar Abel), era solo un año menor, por lo que siempre jugaba con nosotros. Ambos eran lindos a su manera, pero me sentía mucho más cercano de Abel, porque podía conversar con él y le gustaban las mismas cosas que a mí. Una noche de verano, nos quedamos jugando a las escondidas con varios de los chicos del barrio. Con Abel tuvimos la idea de escondernos en el mismo lugar. Caín era quien nos buscaba y estaba cerca. Entonces Abel me tomó de la mano y me llevó a una casa abandonada que había en la cuadra. Estábamos atrapados y apretados en una de las habitaciones. Y de la nada, empezamos a besarnos y a tocarnos. Nos metimos mano, nos acariciamos. En esos momentos, nos olvidamos de que Caín nos estaba buscando. Hasta que nos encontró. Nos quedamos paralizados sin saber qué hacer. Caín se rió y se acercó. Quería unirse a nosotros. Pero nosotros no queríamos, Caín insistió y comenzó a bajarse los pantalones, ahí es cuando Abel lo empujó muy fuerte y lo hizo caer al piso y lastimarse. Caín se enojó y salió gritando: ‘¡Ahora van a ver mariquitas, putos de mierda, voy a contarles a todos. Voy a ir ahora a contarle a tu mamá, Pablo!’ y salió corriendo hacia mi casa…

Continuará…


Pablo M. Acuña

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martes, 1 de octubre de 2013

Eterno Resplandor De Una Mente Con Demasiados Recuerdos


Estoy con el Sr. Q, él se acerca y me dice algo al oído, pero para eso, su boca siempre pasa muy cerca de mis labios. La música está muy fuerte y no lo escucho, o a veces me hago el que no lo escucho solo para que se vuelva a acercar a mi boca. De repente lo tomo fuerte de la nuca y le doy ese beso que tenía ganas de escaparse hace meses. Y no paramos de besarnos. No nos importa nada, es imposible detenerse porque es un beso espectacular. Y los besos espectaculares no se detienen, se continúan hasta más no poder. Hasta que se te acaba el aire. Y cuando termina, suspiras del alivio y sonreís porque estuvo buenísimo. No hace falta decirnos nada, su sonrisa lo explica todo. Entre sonrisas se entiende la felicidad. Y de repente me despierto y nada de eso pasó. En realidad pasó todo menos la parte del beso, lo que no sé si es peor o mejor. No importa, soy solo yo en mi cama. Una vez más hasta las horas que estoy inconsciente pienso en el Sr. Q.  No me acuerdo en que pensaba cuando no pensaba en él. ¿Habrá soñado conmigo él alguna vez? Quizás ya está con la persona de sus sueños y no le hace falta soñar con nadie más. No lo podía saber, porque hace meses que no sabía nada de él. Lo que era mucho peor.



En alguna parte del cerebro del Sr. Q. yo había quedado guardado, así como yo guardaba ese recuerdo/souvenir que levanté del piso y que veo todas las noches en el cajón de mi mesita de luz, había algo inexplicable y resplandeciente que me decía que sea paciente, que algún día el destino lo iba a poner de nuevo en mi camino.

Unas semanas después el destino puso en mi camino a su novio. Lo crucé en la calle, de casualidad, el no me vio, porque estaba preocupado, con cara de no haber dormido, fumando, triste, como si hubiese estado llorando. Y pensé que quizás para él tampoco estaba siendo fácil la relación, que a todos nos cuesta esto, los que están y los que no están en una relación. Quizás todo lo mío, de alguna forma también afectaba su relación. Cuando alguien niega los verdaderos sentimientos, finalmente afecta a muchas personas. Pero bueno, cada uno lucha por lo que quiere y alguien tiene que perder.


El otro día le decía a mi amigo que es peor no tener noticias de alguien que tratas de olvidar, porque de esa manera el tiempo que pasan separados lo seguís idealizando. Era mucho mejor el efecto electroshock de verlo seguido, con su nuevo novio, feliz y contento, así la realidad te pegaba esa cachetada y podes seguir adelante.


Pero no era el caso. Lo único que tenía yo eran tres millones de recuerdos de todo lo que habíamos pasado juntos. ¿Entonces como olvidar todos esos recuerdos?¿cómo dejar el pasado en el pasado cuando esta todo el tiempo en tu presente?¿Como borrar algo tan resplandeciente como un recuerdo espectacular?¿y cómo borrar todos los recuerdos que querías crear en el futuro?¿Borrar de la mente es borrar del corazón?

Ojalá hubiera pastillas para olvidar. De hecho las hay, pero no da empezar los 30 con medicamentos fuertes.  Eso ya seria aceptar la crisis de los 30. No gracias, no todavía. El alcohol tampoco hace ese efecto, porque siempre que tengo que brindar por alguien, es el primero que se me viene a la mente.

En la película "Eterno Resplandor De Una Mente Sin Recuerdos" cuando el personaje de Jim Carrey,   acude a una clínica en la cual te borran a tu ex mediante un tratamiento cerebral, él tiene que llevar todos los objetos que le recuerdan a su ex. Yo necesitaba un camión de mudanza en ese caso. Uno donde entrara mi mamá, que últimamente lo único que quería era un objeto/souvenir que tenia del Sr. Q. Como si supiera. Las madres siempre saben.


En la película también hablan de una especie de mapa que se hace en tu cerebro, donde van a parar todos esos recuerdos que tenés con esa persona especial, todos quedan guardados en una parte a la que accedes muchas veces en tus sueños. Para borrarlo, yo tendría que acceder a ese mapa y extirparlo, aunque más que un mapa, tenía un atlas completo en 3D:

Me acuerdo de la primera vez que lo vi. Me acuerdo como si fuera ayer, o mejor dicho, hoy. Yo todavía estaba tratando de olvidar a mi antigua no-relación. Pensaba ojalá pudiera conocer a alguien nuevo. Y de repente, me miró, por unos segundos en medio de toda la gente de la pista, se dio cuenta de mi existencia. Yo ya lo había visto antes, claro, como no verlo. Hice lo de llevar a todo mi grupo de amigos a bailar cerca. Me puse lo más cerca que pude, tanto que me empujó sin querer. Me pidió perdón. No podía ver mi cara, pero seguramente era de bobo. ¿Por qué siempre me enamoro de cualquier persona que me demuestra la mínima atención?. Cuando descubrí que no era turista, sino el nuevo nuevo, tuve la ilusión de que nadie lo hubiera visto. Claro que todos lo vieron, amigos, enemigos, chicos que me gustaban, todos querían estar con el Sr. Q. Y de hecho la mayoría logro su objetivo. Yo lo puse en la lista de Tipos Imposibles Que Nunca Voy A Tener. Y eso lo hizo menos especial en su momento, hasta le había tomado bronca. Claro que como Córdoba es un pañuelo doblado en 4, el destino lo puso de nuevo en mi camino. Más bien lo clavó, le puso un broche, un ancla y un yunque para que no se moviera nunca más. Exagero, lo sé, pero así se sentía.

Si tenía que borrar algo era la primera vez que sentí que estaba enamorado de él. Era la noche perfecta, el cielo estaba estrellado. Estábamos entre mucha gente, pero parecía que solo estábamos nosotros dos. Miramos las estrellas sin decir nada y ahí sentí que algo había cambiado entre nosotros. Se sentía como esa paz de cuando encontrás a la persona que estabas buscando. Sentía que estaba exactamente donde quería estar. Podría haber muerto ahí y hubiera muerto feliz. Y si bien, hay gente que puede decir que todo estaba en mi mente, yo se que en ese momento el también estaba feliz de estar conmigo. Esa mirada nadie me la va a borrar. Recuerdo que todo me pareció tan especial, que agarré una estupidez del piso para recordar siempre ese momento. Me pregunto si él se habrá olvidado de eso. Si estará en alguna parte de su mapa sobre mí. Es tan colgado que quizás ni lo recuerde. "Benditos sean los olvidadizos, que les ganan las batallas hasta a sus propios errores"’ es una de las frases de Nietzsche que se cita en la película. Mientras la escuchaba, solo pensaba quién era el error ¿su novio o yo?


La última vez que lo vi iba camino a juntarme con mis amigos, a tomar algo al Paseo. Y ahí estaba, con su novio paseando un domingo. Electroshock. Los seguí un rato como un psicopata a escondidas para ver que hacían, sin mencionar mi obsesivo masoquismo. Por suerte no le estaba dando la mano, ni se los veía con un halo de felicidad rosa. Pero estaban juntos, yo podría ser ese si no fuéramos cobardes. Si yo le hubiese dicho lo que sentía la primera vez que estuvimos cerca. Esa vez que hasta mi ex nos vio en la pista y pensó que éramos novios, por nuestra cercanía, nuestra cara de felicidad. 

Unas semanas después era mi cumpleaños. Treinta años de soledad que se sentían como cien. Quería despertarme y que todos esos recuerdos se hubiesen borrado, y volver a ser un bebé, sin recuerdos, sin miedos, sin fobias. Me puse como objetivo no pensar en él en todo el día. Objetivo que se cayó a pedazos cuando el primer mensaje del día fue el suyo. Un mensaje lindo, gracioso y esperanzador. Mi cara de bobo otra vez. Lo debo haber leído mil veces como si no me lo hubiese aprendido de memoria la primera vez. No se había olvidado de mi y lo más importante, en el mensaje recordó algo que habíamos hablado una vez. Ahora si era un feliz cumpleaños.


Eso me hizo pensar que quizás no lo podía olvidar, que no lo podía borrar de mi mente, porque si lo hacía iba a borrar una parte de mí. Olvidarlo, sería un poco olvidarme. Borrarlo sería borrar esa parte que es feliz cuando estoy con él. Cuando conversamos de cosas que no converso con nadie más. Cuando coincidimos en cosas que nunca pensé que iba a coincidir con alguien como él, cuando escuchábamos las mismas canciones y nos recuerdan al otro inmediatamente. Cuando nos reímos de las mismas estupideces. Quizás no lo podía olvidar porque había una parte de mí que resplandecía cuando estaba con él y viceversa. Quiero cancelar el procedimiento. Porque al igual que sucede en la película, por más que ambos personajes trataron de borrarse, algo inexplicable los volvió a cruzar en el camino del otro. Algo que quedó resplandeciendo en el mapa de sus recuerdos los unió una vez más.


Quizás algún día el Sr.Q. luche por lo que siente por mí, termine su relación y quede libre para que estemos cerca de nuevo. Y entonces iba a poder gritarle todos los sentimientos que estuve guardando en ese cajón. Lo que no sabía era que ese día estaba más mucho más cerca de lo que pensaba. La hora de despertarse estaba por llegar.

Pablo M. Acuña


 Pregunta para el foro: ¿Qué tácticas usás cuando tenes que olvidarte de alguien y no dejas de pensar en él?


martes, 6 de agosto de 2013

Un Año & Medio Sin Amor


Deje su presentación después de la señal: ‘Escritor mundialmente desconocido, cineasta psicológico. Busca protector, pareja, amigo, alma joven, sincera y fiel. De espíritu exuberante, franco, bello. Para compartir cama, charlas, pecados, perdones, vacios, miedos, combatir la furia de la soledad del invierno. Encuéntrame si puedes, estoy aquí’. Después de un año y medio sin amor a esto había llegado. A ser una presentación de 30 segundos en una línea de chat telefónico. ¿Cómo llegué a esto? Así:


Una de las primeras, realmente frías, noches de otoño, en un bar de Buenos Aires, mi amigo decide irse a dormir con su novio. Me quedé un rato más porque era temprano. Justo cuando se está por acabar mi trago y las esperanzas de que alguien se acerque, me tocan la espalda pidiéndome fuego.  Me asusto. ‘No se puede fumar acá’ le digo señalando un cartel. ‘Pero es porro’ me dice.  ‘Esto es Argentina no Ámsterdam’ le retruco. Se ríe. Tiene una linda sonrisa, uno de esos skaters, medio rubión, rapado, con piercings, expansores, piernas grandes, ropa grande y ojos claros grandes, barba. Se va a pedir fuego y vuelve con el porro prendido. ‘¿Querés?’, ‘No gracias, me da asma’ (Por si dudaba que soy nerd). Se queda fumando y mirándome, hasta que un tipo de seguridad se le acerca y le dice que no se puede fumar y que lo va a sacar si no lo apaga. Lo apaga. ‘Te dije’

Se llamaba Alejo, 26 años,  diseñador gráfico. Compramos un trago más y nos quedamos conversando hasta que me llega un mensaje de texto del Sr.Q. Me invitaba a tomar algo. Esto cerca de las 3 de la mañana. Como si pudiera olfatear a kilómetros de distancia que por unos micro-segundos había dejado de pensar en él.  Alejo se da cuenta que mi cara cambió y me pregunta si me estaban invitando a coger. ‘No’. ‘¿Es tu novio controlándote?’, ‘No, no tengo novio’. ‘¿Quién te escribe a esta hora?’, ‘Un amigo’. Me mira con cara de no te creo nada. ‘Bueno, es complicado’. ‘¿Te gusta?’. ‘Estoy tratando de que no’ le respondo.  Mientras, trato de pensar si responder o no al Sr. Q., Alejo me dice: ‘No deberías contestarle entonces’.  ‘Tenés razón’.  Guardo el celular y le pregunto si él tiene novio. ‘No, tengo alguien complicado pero nada serio, sino no estaría acá con vos’ (Punto a su favor).  Mas tarde mientras conversamos, se va acercando demasiado mientras hablamos, podía sentir que nos íbamos a besar. Me encanta esa parte en la que ya estás seguro de que va a suceder. Finalmente me gana unos besos con su sonrisa, eran de esos besos animales pero suaves, cargados de pasión sin pasarse. Fuertes pero tranquilos. Perfectos. Me dice de ir a su departamento porque ya empezábamos a llamar la atención demasiado. Le digo que preferiría un lugar más neutro. El argumenta que se sentiría mejor en su casa, queda cerca y es gratis. Me dice que no va a fumar. Me convence y vamos. Pero lo que menos hacemos es conversar. Como era de esperar, le gustaba el sexo fuerte, comenzamos con unos besos y mordiscos en el sillón. Estábamos tan imparables que no perdimos el tiempo yendo a la cama. Todo sucedió ahí mismo hasta que finalmente terminamos contra la pared. Lo había logrado, no había pensado en el  Sr. Q. ¿El Sr. Q-uien?. Estaba contento y me acordé de lo bueno que era tener sexo. De tanto sufrir por amor (o por desamor mejor dicho) me había olvidado de lo bueno que estaba tener sexo.  Me pregunté si el verdadero amor debería sentirse así, como dolor.  Si alguien no te hace bien o te cambia la cara y el ánimo para mal, ¿no debería ser eso suficiente para que deje de gustarte? ¿O nos encanta ser esclavos del dolor?¿En qué momento una relación sado-masoquista se convierte en una solo-masoquista?¿Cuál es el umbral del dolor cuando nos sometemos a los latigazos al corazón?


El S&M (Sado-masoquismo) es un práctica, por lo general sexual,  en la que ambas partes disfrutan de proporcionar y/o recibir actos de humillación, violencia física y/o verbal, siempre consensuada por ambas partes. No sé bien porque pero hace unos años que me gusta esta práctica sexual, de alguna forma la veo como más divertida, apasionante y sincera. Además de que mi umbral de dolor es bastante alto. Me gusta practicarlo siempre que puedo, hasta cuando tengo sexo telefónico, porque me excita más que el sexo telefónico ´genérico’. En ese caso todo está librado a la imaginación por lo que cada uno crea en su mente una imagen ideal mientras escucha al otro hacer lo que le pide o dar órdenes al oído.  

En el juego de roles en vivo, antes de comenzar ambos se ponen de acuerdo en una palabra o código (por ejemplo ‘rojo’) que indica que el masoquista llegó al máximo de dolor que puede soportar, en ese momento el sado se detiene. En 1994 el S&M fue sacado de los libros de los trastornos mentales y ahora se considera una de las prácticas sexuales más saludables. Ahora bien, en cuanto a las relaciones amorosas sado-masoquistas, en las cuestiones del corazón, ahí mi umbral del dolor es mucho más bajo. Pero claro, en esos casos no tenemos ningún código para detener el dolor, sino, todo sería mucho más fácil ¿no?.  Lo del Sr. Q se había vuelto así, algo que rozaba un trastorno mental. Cuando no lo veía estaba todo bien, pero cada vez que me escribía o me demostraba un mínimo de atención, yo volvía como desesperado a ser su esclavo. Pero eso no era culpa de él. Yo había decidido ponerme en ese rol y había momentos en que lo disfrutaba. Siempre me quedó la duda de si a él le gustaba su rol o si lo hacía en consecuencia de lo que yo elegía. Si era sádico natural o si lo hacía para complacerme.

Alejo, en cambio, era extremadamente complaciente. El quería que me quede a dormir, aunque su cama no era demasiado grande, hasta ofreció dormir en el sillón. Pero decidí volverme al hotel. Se vistió y me acompañó hasta abajo aunque no tenía que hacerlo (otro punto a su favor). Sus besos de despedida (más puntos a su favor).




Al otro día, yo era otra persona, estaba alegre, me desperté para desayunar en el comedor del hotel. Mientras me servía el café veo un tipo canoso que me parecía conocido. Era el veterinario con el que había tenido sexo animal en su misma veterinaria hace muchos, muchos años. Obvio que no me reconoció, en esa época yo tenía 20 kilos más y otros anteojos, otra cara. Él le preguntaba a su novio si quería tostadas. Tenía un anillo ahora, así que quizás era su esposo. Los observé mientras trataba de no atragantarme. Parecían felices. Ahí comencé a dudar de nuevo si contestarle al Sr. Q., ¿y si por fin se dio cuenta que le gusto?¿y si me invita a tomar algo para decírmelo?¿y si todo salía bien y muy pronto era yo el que le hacía tostadas? Esclavo de esas dudas, le escribí explicándole porque no le había contestado, que me hubiera encantado tomar algo pero estaba un poco lejos. Me contestó en el acto para variar, diciéndome que cuando volviera me invitaba a su casa así le contara de mi viaje y así nos poníamos al día. Ya me tenía a sus pies de nuevo.

Unos días después, ya en Córdoba, había llegado el gran día. Me desperté temprano, salí a correr, pensé que ese podría ser un gran día, el comienzo de una nueva vida. Estaba nervioso pero contento de estarlo, contento de que lo iba a ver a solas. Tenía que relajarme y tratar de no parecer desesperado. Claro que cuando abre la puerta y me abraza, es como si me pusiera una correa. Cenamos comida china mientras escuchábamos música y nos pusimos al día. Le conté de Buenos Aires, de lo que había hecho y él me contó de sus novedades. Todo parecía una cita, hasta que llegamos a hablar de temas sentimentales: ahí me contó que había conocido un chico nuevo hace poco, que estaba muy bien con él y que estaba en esa parte del enamoramiento en la que está pensando en él todo el día. Le dije que sabía exactamente de que hablaba, pero claro, no le dije que me pasaba todo el día con él.  En mi cabeza se escuchaba un solo grito: ‘¡ROJO!! ¡ROJOO!!!’. Como si fuera poco me dijo que lo había conocido esa noche que me escribió el mensaje, que finalmente había salido con sus amigos y ahí se habían conocido. Se sentían como latigazos al corazón y si que dolían. ¡ROJOOO! Había llegado al umbral máximo de dolor. Tenía ganas de gritarme a mí mismo y golpearme por haberme sometido a ese dolor, por haber caído de nuevo sus cadenas. Era todo culpa mía por esclavizarme a un amor solo-masoquista.


Me quedé un rato más pero después no aguanté, entonces inventé una excusa para irme. Me acompañó hasta la puerta donde nos despedimos con un abrazo y me preguntó: ‘La pasaste bien’ y yo con un poco de ganas de llorar le dije: ‘Siempre la paso bien con vos’. Lo solté y me fui escuchando mi mp3 para no pensar en nada. Justo sonaba ‘The Game Of Love’ de Daft Punk. Que cruel.

Pero bueno, por más que duela, así es el juego del amor, a veces se gana, a veces se pierde. A veces se es el sado y a veces el masoquista. Le deseo lo mejor Sr. Q: Señor, Que-sea-muy-feliz. Quizás algún día sepa lo mucho que lo quise. Por otro lado, quizás sea él el que no esté preparado para un gran amor, quizás le da miedo a someterse a algo tan intenso como lo que tengo para ofrecer. Eso no es culpa de nadie, son las reglas del juego.

Volví a mi casa exhausto como si viniera de una sesión de S&M intensa. Después de un año y medio sin amor, quizás sea hora de cambiar ciertas cosas. De ahora en más, el único sado-masoquismo que voy a practicar será en la cama o en el teléfono.  No en el corazón.

Pablo M. Acuña


 Pregunta para el foro: En las relaciones amorosas ¿Cuál es tu límite del dolor? Por lo general ¿Sos el sado o el masoquista?

martes, 18 de junio de 2013

Fin De Semana


A veces pensamos que no cambia mucho salir, o no, un fin de semana. Pero a veces en un simple fin de semana, todo puede cambiar.

Noche de salida con amigos, unos tragos de más me ponen mas entonado y pilas que de costumbre. Bailamos y saltamos en la pista. Y de repente, lo veo. Un tipito simpático sonríe al vernos a mis amigos y a mí. El se mantiene toda la noche en el mismo lugar con un vaso interminable en su mano. Nariz grande, ojos claros, pálido, prolijo, barba: mi tipo. Entre tema y tema, lo miro para ver si me estaba mirando a mi o a uno de mis amigos. Me sonríe a los ojos y entonces sé que es a mí. Le digo que se acerque, algo que no hacia hace años. Conversamos un poco. Por supuesto que me dice que no es de Córdoba. Me imaginaba. Bailamos y la química se escucha más fuerte que la música. Parece que nos vamos a besarle digo. Parece me dice. Nos besamos y se siente muy bien. No podemos parar y todos nos miran asombrados. Durante la semana tuve que dar varias explicaciones. El tiempo pasa volando. Desayunamos con mis amigos donde ellos le hacen una entrevista indagatoria. En ella nos cuenta que es ahijado de una diva de la tv argentina famosa por sus almuerzos. Nos reímos y ahondamos en el tema. Mientras tanto el me toma la mano a escondidas. Se siente muy bien también. Camino hacia mi departamento se lo ve un poco nervioso, cosa que se le pasa completamente en el ascensor.


Llegamos a mi departamento donde hablamos un poco más. Le cuento de estas columnas y de mi idea de convertirla en una serie de tv. Le parece interesante, quiere saber si él es lo suficientemente interesante para aparecer. Le digo que quizás. Me pregunta si lo que escribo es ficción o de verdad me sucede. Le digo que si bien escribirlas ya es un poco ficcionar las historias, el 99% son cosas que me pasan. A veces cambio los lugares o los momentos en que suceden pero más que nada para que nadie sepa bien de quien estoy hablando. Que a veces al escribirlas proyecto cosas que ni sabía que tenía en la mente en ese momento y eso las hace de alguna forma más real. También que a veces cambio los nombres y uso apodos. Me pregunta que apodo le pondría a él. 'Blanquito o algo así'. Se ríe y me dice que debería tomar sol. Le digo que me encanta así. Después me dice que a él le costaría mucho exponerse así, que en Tucumán, todavía es un poco más complicado. Le digo que lo entiendo, yo viví en Santiago, pero que justamente la idea de las columnas y de la serie es abrir un poco la puerta para que la gente vea que en realidad, no es todo tan diferente, los sentimientos, las relaciones, todo es bastante parecido más allá de la sexualidad. Hablamos de nuestras familias. Me cuenta que todavía está en el closet, que le cuesta hablar con su familia sobre eso y que por ahora no pensó en decirles. Le cuento que salir del closet fue sacarme una mochila pesadísima de encima y que se siente y gran alivio y felicidad. También le cuento que soy adoptado. El me dice que nunca estuvo con alguien adoptado y me pregunta más sobre eso. Bromeamos acerca de que Superman también era adoptado y que también tenía una doble vida. Nos reímos.


Hablamos de nuestros ex. Le pregunto si está saliendo con alguien. Me dice que no. Que tuvo una relación que lo lastimo mucho, que está desilusionado con ese tema, tanto que no cree que dos hombres puedan tener una relación larga y para toda la vida. Le digo que quizás por eso le cuesta lo de salir del closet, porque no acepta que existe un amor para toda la vida, entonces no tiene mucho sentido. Me dice que debería ser psicólogo. Me río. Me pregunta: ¿y vos qué onda? Le cuento del Sr.Q y de que dudo si a él le pasa algo conmigo como para tirarme a la pileta. Mejor cambiemos de tema se escucha. O no hablemos más me dice. Nos desnudamos, su cuerpo: hermoso. Nos besamos, nos acariciamos, la estábamos pasando bien. Hasta que de repente, me detuve, no pude seguir. No entendía que pasaba, la química al besarnos y todo estaba yendo a la perfección. Estuve a punto de decir la frase: 'Nunca me pasó' y en mi mente sonó como un ridículo cliché, así que simplemente me disculpé, él me abrazó, me besó y me dijo que estaba todo bien.

Más tarde el se duerme profundamente, yo muero de calor, no puedo dormir. Me levanto y el mareo de mis ideas me hace volver a la cama. Me pongo a pensar si este bloqueo sexual tenía que ver con que tengo a alguien más en el cabeza. Me preguntaba si para volver a estar con alguien plenamente iba a tener primero que superar mi anterior enamoramiento.¿Un clavo saca a otro clavo o en realidad solo hace peor el agujero en la pared?

Creo que la última es la respuesta correcta. No hay nada peor que estar con alguien y sentirse vacio o aún más solo de lo que te sentías antes.



A punto de comenzar a preocuparme, lo observo dormir y veo que tiene una enorme sonrisa en la cara. Eso me hace darme cuenta que quizás, en lugar de preocuparme por el mi bloqueo, debería ver el vaso medio lleno. Que si puedo atraer y estar bien con alguien. Conectarme. Ver las cosas positivas, como por ejemplo, que le gusté y que no estoy cerrado a conocer alguien nuevo. Porque muchas veces, cuando estamos mucho tiempo solos, comenzamos a pensar que quizás, estamos cerrados a darle una oportunidad a alguien. Pero este no era el caso, ya que yo me había abierto totalmente a él y viceversa. De hecho, las personas se abren bastante conmigo, porque siempre establezco un vínculo de confianza y porque sé escuchar. Por eso de alguna forma tengo tantos amigos. Quizás el problema es que en este momento, solo puedo pensar en estar con una persona, en este caso con el Sr. Q. y quizás no esté listo para rendirme y comenzar algo con alguien que no sea igual o más especial para mí. No porque Blanquito no fuera especial, creo que si viviera en Córdoba todo sería diferente. Lo importante era que al menos pude establecer un vínculo emocional y pasarla bien. Que podía provocarle una sonrisa y que si bien no iba a ser nada serio, al menos iba a ser un lindo recuerdo para ambos. No era poca cosa para un fin de semana.

Un llamado nos despierta, él tenía que viajar a las sierras para un asado familiar. Nos comenzamos a vestir. Le prendo la camisa y me doy cuenta que hace mucho que no tengo novio, lo beso y lo peino un poco. El me abraza como si no se quisiera ir. Que lindo. Abajo nos despedimos con un lindo beso. La pasé muy bien Superman, me río. Al verlo irse, sentí un poco de tristeza de pensar que quizás no lo iba a volver a ver. Seguimos en contacto, pero con el pasar de los días, tuve que decirle la verdad. Que tenía a alguien más en la cabeza, pero que la había pasado muy bien con él. Que si algún día volvía de visita me gustaría verlo. Simplemente, más allá de la distancia, este no era el momento. Él lo entendió.



Ese domingo por la noche, uno de mis tantos amigos me contó que había tenido sexo con el Sr. Q. No lo podía creer. Pero al menos, ya no dudaba acerca de los sentimientos del Sr.Q, porque si él sabía que mi amigo me iba a contar, quizás, nunca le importé demasiado como pensaba. Ahora si iba a tener que comenzar a superarlo de verdad. Unas semanas después estuve con alguien y pude tener sexo normalmente. Todo puede cambiar en un fin de semana.


Pablo M. Acuña 

Pregunta para el foro: ¿Creés que pedés llegar a conectarte plenamente con alguien si tenes a otra persona en la cabeza? 

jueves, 9 de mayo de 2013

El Diario De Pablo Acuña


Un verano más ha terminado. Trataré de resumir los momentos memorables en esta columna…mmm…ok, mejor, solo algunos momentos. Volvamos a las fiestas en Santiago del Infierno.  El maratón de comida patrocinado por mi madre, mis gatos que me miran con bronca cuando ocupo mi cama, ahora territorio de sus siestas eternas. El calor insoportable que me pone de mal humor y los horarios de gente normal. En la cena de Navidad, todos están en pareja y todos tienen la oportunidad de darse cuenta que falta alguien al lado mío. Entonces algún pariente que pregunta: ‘¿Estas saliendo con alguien?¿para cuando la presentación oficial?’. Todos quedan mirándome esperando que algún año diga ‘está con su familia’o algo así. Y yo solo pienso: ‘Es Navidad, noche de paz, noche de amor’ solo sonrió amablemente, digo algo como ‘Pronto’ y sigo comiendo. Mi padre me salva y cambia la conversación.


Me preparo para volver a Córdoba para Año Nuevo con mis amigos, aunque con un poco de culpa de dejar a mis padres. Mi madre me aclara que si estoy saliendo con alguien le gustaría que se lo cuente y que si alguna vez lo quiero llevar a Santiago que será bien recibido. La miro con cariño y le digo que no estoy saliendo con nadie, pero gracias por la invitación. Es bueno saber que si algún día sucede, cuento con ellos. Ya los extraño y todavía no me fui. Vuelvo a Córdoba, feliz de que sea un año impar, porque como todos saben, los años impares tengo mejor suerte en el amor. En la columna anterior les hablé del sueño que tuve con un chico que nunca hubiera imaginado iba a moverme algo en mi inconsciente  el Sr Q. Alguien tan diferente que a veces se volvía insoportable. Entonces decido ahondar en esos sentimientos. Durante las vacaciones nos escribimos esos ‘te extraño’ y demás confusiones de ‘¿me extraña como amigo o como algo más?’. Lo que si estaba claro es que cada vez pensaba más  en él. Todos los días un poco y el doble los domingos. Pero cuando volvimos a vernos ya no era lo mismo y me preguntaba por qué. Cosa que me quedó clara cuando lo ví besándose con su ex. Una noche en el sillón de mi casa, viendo tele, me cruzo con la peli El Diario de Bridget Jones, y me doy cuenta que estoy como Bridget al principio de la película. Tirado en mis pijamas, comiendo y llorando por alguna serie. Mi celular está tan desocupado, que hay veces que se apaga solo, como si hubiera perdido las esperanzas. Ahí fue cuando decidí que no daba para más seguir así. Tenia que hacer algo si no quería morir solo en mi casa con un gato contento de que iba a tener la cama para el solo. Necesitaba nuevos propósitos: retomar hacer las cosas que me gustan como escribir escribir estas columnas, diseñar, filmar, correr, comer sano para bajar mínimo 5 kilos, dejar de experimentar con tragos de dudosa procedencia, acomodar mi placar todos los días, etc. Pero sobre todo no enamorarme perdidamente de: chicos que no saben lo que quieren, chicos con novios o con ex novios recurrentes, gays confundidos, heteros confundidos, heteros con familias, mentirosos, egocéntricos, falsos, pedantes, aburridos, GCUs, gente que usa la expresión ‘negros de mierda’,  gente que trata mal a los mozos y mucho menos con alguien que reúna la mayoría de estas cualidades.



Cumbre con mis amigos para un poco de guía: ‘Decile al Sr.Q lo que sentis por el, no le des vueltas y largate a la pileta’, ‘Ignoralo, no le hables y fijate si te extraña’, ‘Olvidate de todo, inscribite en un curso de algo solo para conocer gente nueva’. Ahora estoy más perdido. También está el famoso: ‘Tengo alguien que re pega para vos’, léase como ‘alguien que rechacé en el pasado y no se como sacarme de encima’. Siempre les recuerdo que eso nunca funcionó, por lo general terminan preguntándome por ellos y sacándome información de su estado civil. No se sientan mal por mi, terminamos siendo amigazos y yo dándoles consejos sobre como conquistar chicos y escuchando sus problemas. Ellos siempre terminan diciéndome frases como: ‘Vos te mereces estar con alguien bien’. Y yo pienso: ‘Eso es lo que trataba de hacer con vos, solo que no te diste cuenta porque solo pensas en vos y en tus sentimientos’. Pero bueno, al menos no voy a morir solo, voy a tener un millón de amigos en mi velorio y ningún viudo. 


Por suerte todo cambió una noche, cuando un chico se me acercó a hablar y sorprendentemente no me preguntó por mis amigos. Me dijo: ‘En realidad quería preguntarte por vos. ¿Estas con tu novio?’ Mi cara de sorpresa y alegría era inescondible. CC (así le vamos a decir), me había estado viendo hace años. Literalmente años. Nunca se había animado a hablarme. Tomamos unos tragos, bailamos y vino el primer beso. Se sintió bien, muy bien. Vamos a su casa a desayunar más besos, pero no pasa de eso, prefiero que nos veamos otro día y seguir conociéndolo antes de tener sexo. Todo iba bien, yo ya pensaba como se llevaría con mis padres y todo eso. Hasta que en la primera cita oficial después de cenar se va al baño y veo ahí su celular. Exactamente el mismo celular que el Sr Q. ¿Una señal? Preferí no darle importancia. Seguramente en ese momento el estaba teniendo sexo con su ex. ¿Por qué estaba pensando en esto? Necesitaba focalizarme en CC. Era dulce, le gustaba hace mucho, psicologo, tenía mi edad y besaba bien. ¿Qué más quería?

Sin embargo, había un pequeño problema, aparentemente CC no era ‘salidor’ como yo, prefería quedarse en su casa, besándome contra la pared, sobre su sillón, en su ascensor,  en su cama, pero no salir. Cuando le digo que había salido todo el fin de semana, me mira con cara de: ‘Sos ambientero’ pero lo disimula y me dice: ‘que bueno’. Esa noche me quedé en su casa, de nuevo sentía que no estaba bueno tener sexo todavía, no se porque. A el no parecía importarle. Después de unos besos más, nos recostamos, acariciamos, escuchamos música y el se duerme. Mi brazo queda atrapado debajo de su cuerpo. Traté de dormir, pero no podía, el calor y la humedad se me pegan al igual que pensamientos que no quería tener. Me preguntaba si podía dejar mi vida de soltero para estar con CC, si iba a poder cambiar mis hábitos para estar con él. Y me hice la pregunta que se supone que no tenes que hacerte nunca: ¿si CC fuera el Sr. Q., pensaría todas estas cosas? ¿Me importaría tanto salir si estuviera ahora en una cama con el Sr.Q?¿Estaría teniendo sexo con él? ¿Es malo comparar las relaciones entre si o a veces es necesario para aclarar los sentimientos?



Todo se complicó en la segunda cita, cuando salimos a cenar fuera y me di cuenta que hacia algo que me molestaba mucho: estaba de acuerdo con todo lo que yo decía y cuando yo no coincidía con algo que decía, cambiaba de opinión en el aire, para agradarme. Se notaba que no estaba de acuerdo para nada y sin embargo me daba la razón como a los locos. Esa noche íbamos a salir juntos y le presentaría a mis amigos. Pero él quería quedarse en su casa, me dijo que estaba todo bien que yo saliera. Otra mentira. Lo acompañe a su casa para despedirme ‘bien’, donde trató de convencerme de quedarme. Sabía que si me quedaba el sexo era inevitable. Pero eso no hubiera sido justo con él, ni conmigo. También iba a ser una prueba, si el realmente quería estar conmigo, iba a tener que aceptar esta parte de mi y no tratar de cambiarme, mucho menos de un día para otro.

Al otro día CC me escribió un patético inbox de facebook diciéndome que deberíamos dejar de vernos, que sentía que yo estaba en otra y que se sentía incómodo. No me molestó la parte de que estaba en otra, o la de dejar de vernos. Me molestó que dijera que sentía incomodo cuando lo único que quería era que estuviera con él todo el tiempo y como si fuera poco, antes que yo le conteste algo, ya me había eliminado de facebook. Le contesté algo cortante explicándole que solo nos habíamos visto 3 veces, que estaba conociéndolo mejor antes de avanzar y que de esta manera me quedaría la sensación de que en realidad todo lo poco que vivimos había sido falso, porque si él se sentía incómodo entonces había fingido todo el tiempo que estuvimos juntos, en el sillón, en la cocina, en el ascensor, en la cama. Terminé con un ‘te deseo lo mejor’, bloquear, eliminar…para siempre.

Es muy loco, porque antes, alguien como CC me hubiera movido el piso y me hubiera conformado solo con gustarle. Pero hoy prefiero alguien que sea real, que tenga su propia opinión aunque sea diferente a la mía y que nuestra relación sea un desafío. Que ambos luchemos para estar con el otro desde un lugar más real y no alguien que salga corriendo al primer obstáculo que se presente.  Por más confundido y diferente que seamos con el Sr. Q. al menos lo que tenemos es sincero. Más allá de que suceda algo con él o no en el futuro, al menos sé que nos queremos ‘tal cual somos’. Eso es y debería ser lo más importante de una relación, siempre.




Unos días después CC me escribió un mensaje de texto pidiéndome perdón, queriendo que nos juntáramos a hablar, que se había equivocado, pero que iba a entender si lo ignoraba. Y eso hice. ¿Porque cual sería el sentido de darle otra oportunidad? El respeto propio ante todo.  Una noche en un bar, mi amigo Tomás describía a cada uno del grupo con algo distintivo y cuando tocó el turno de describirme a mi dijo: ‘Pablo es el que siempre se enamora de alguien imposible’. Nada más acertado, ese soy yo. Tengo casi 30 años, 3 kilos menos que en el verano y sigo buscando un amor de película en esta ciudad. Alguien  sincero que me quiera tal cual soy. Y si es un desafío, eso solo va a hacer la película más interesante y el final mucho más feliz. Las vacaciones se terminaron ¿listos para la acción?
 
Pablo M. Acuña


Pregunta para el foro: Cuando estás entre dos relaciones ¿que cualidades o actitudes valorás más para jugarte por una o por otra?