martes, 1 de octubre de 2013

Eterno Resplandor De Una Mente Con Demasiados Recuerdos


Estoy con el Sr. Q, él se acerca y me dice algo al oído, pero para eso, su boca siempre pasa muy cerca de mis labios. La música está muy fuerte y no lo escucho, o a veces me hago el que no lo escucho solo para que se vuelva a acercar a mi boca. De repente lo tomo fuerte de la nuca y le doy ese beso que tenía ganas de escaparse hace meses. Y no paramos de besarnos. No nos importa nada, es imposible detenerse porque es un beso espectacular. Y los besos espectaculares no se detienen, se continúan hasta más no poder. Hasta que se te acaba el aire. Y cuando termina, suspiras del alivio y sonreís porque estuvo buenísimo. No hace falta decirnos nada, su sonrisa lo explica todo. Entre sonrisas se entiende la felicidad. Y de repente me despierto y nada de eso pasó. En realidad pasó todo menos la parte del beso, lo que no sé si es peor o mejor. No importa, soy solo yo en mi cama. Una vez más hasta las horas que estoy inconsciente pienso en el Sr. Q.  No me acuerdo en que pensaba cuando no pensaba en él. ¿Habrá soñado conmigo él alguna vez? Quizás ya está con la persona de sus sueños y no le hace falta soñar con nadie más. No lo podía saber, porque hace meses que no sabía nada de él. Lo que era mucho peor.



En alguna parte del cerebro del Sr. Q. yo había quedado guardado, así como yo guardaba ese recuerdo/souvenir que levanté del piso y que veo todas las noches en el cajón de mi mesita de luz, había algo inexplicable y resplandeciente que me decía que sea paciente, que algún día el destino lo iba a poner de nuevo en mi camino.

Unas semanas después el destino puso en mi camino a su novio. Lo crucé en la calle, de casualidad, el no me vio, porque estaba preocupado, con cara de no haber dormido, fumando, triste, como si hubiese estado llorando. Y pensé que quizás para él tampoco estaba siendo fácil la relación, que a todos nos cuesta esto, los que están y los que no están en una relación. Quizás todo lo mío, de alguna forma también afectaba su relación. Cuando alguien niega los verdaderos sentimientos, finalmente afecta a muchas personas. Pero bueno, cada uno lucha por lo que quiere y alguien tiene que perder.


El otro día le decía a mi amigo que es peor no tener noticias de alguien que tratas de olvidar, porque de esa manera el tiempo que pasan separados lo seguís idealizando. Era mucho mejor el efecto electroshock de verlo seguido, con su nuevo novio, feliz y contento, así la realidad te pegaba esa cachetada y podes seguir adelante.


Pero no era el caso. Lo único que tenía yo eran tres millones de recuerdos de todo lo que habíamos pasado juntos. ¿Entonces como olvidar todos esos recuerdos?¿cómo dejar el pasado en el pasado cuando esta todo el tiempo en tu presente?¿Como borrar algo tan resplandeciente como un recuerdo espectacular?¿y cómo borrar todos los recuerdos que querías crear en el futuro?¿Borrar de la mente es borrar del corazón?

Ojalá hubiera pastillas para olvidar. De hecho las hay, pero no da empezar los 30 con medicamentos fuertes.  Eso ya seria aceptar la crisis de los 30. No gracias, no todavía. El alcohol tampoco hace ese efecto, porque siempre que tengo que brindar por alguien, es el primero que se me viene a la mente.

En la película "Eterno Resplandor De Una Mente Sin Recuerdos" cuando el personaje de Jim Carrey,   acude a una clínica en la cual te borran a tu ex mediante un tratamiento cerebral, él tiene que llevar todos los objetos que le recuerdan a su ex. Yo necesitaba un camión de mudanza en ese caso. Uno donde entrara mi mamá, que últimamente lo único que quería era un objeto/souvenir que tenia del Sr. Q. Como si supiera. Las madres siempre saben.


En la película también hablan de una especie de mapa que se hace en tu cerebro, donde van a parar todos esos recuerdos que tenés con esa persona especial, todos quedan guardados en una parte a la que accedes muchas veces en tus sueños. Para borrarlo, yo tendría que acceder a ese mapa y extirparlo, aunque más que un mapa, tenía un atlas completo en 3D:

Me acuerdo de la primera vez que lo vi. Me acuerdo como si fuera ayer, o mejor dicho, hoy. Yo todavía estaba tratando de olvidar a mi antigua no-relación. Pensaba ojalá pudiera conocer a alguien nuevo. Y de repente, me miró, por unos segundos en medio de toda la gente de la pista, se dio cuenta de mi existencia. Yo ya lo había visto antes, claro, como no verlo. Hice lo de llevar a todo mi grupo de amigos a bailar cerca. Me puse lo más cerca que pude, tanto que me empujó sin querer. Me pidió perdón. No podía ver mi cara, pero seguramente era de bobo. ¿Por qué siempre me enamoro de cualquier persona que me demuestra la mínima atención?. Cuando descubrí que no era turista, sino el nuevo nuevo, tuve la ilusión de que nadie lo hubiera visto. Claro que todos lo vieron, amigos, enemigos, chicos que me gustaban, todos querían estar con el Sr. Q. Y de hecho la mayoría logro su objetivo. Yo lo puse en la lista de Tipos Imposibles Que Nunca Voy A Tener. Y eso lo hizo menos especial en su momento, hasta le había tomado bronca. Claro que como Córdoba es un pañuelo doblado en 4, el destino lo puso de nuevo en mi camino. Más bien lo clavó, le puso un broche, un ancla y un yunque para que no se moviera nunca más. Exagero, lo sé, pero así se sentía.

Si tenía que borrar algo era la primera vez que sentí que estaba enamorado de él. Era la noche perfecta, el cielo estaba estrellado. Estábamos entre mucha gente, pero parecía que solo estábamos nosotros dos. Miramos las estrellas sin decir nada y ahí sentí que algo había cambiado entre nosotros. Se sentía como esa paz de cuando encontrás a la persona que estabas buscando. Sentía que estaba exactamente donde quería estar. Podría haber muerto ahí y hubiera muerto feliz. Y si bien, hay gente que puede decir que todo estaba en mi mente, yo se que en ese momento el también estaba feliz de estar conmigo. Esa mirada nadie me la va a borrar. Recuerdo que todo me pareció tan especial, que agarré una estupidez del piso para recordar siempre ese momento. Me pregunto si él se habrá olvidado de eso. Si estará en alguna parte de su mapa sobre mí. Es tan colgado que quizás ni lo recuerde. "Benditos sean los olvidadizos, que les ganan las batallas hasta a sus propios errores"’ es una de las frases de Nietzsche que se cita en la película. Mientras la escuchaba, solo pensaba quién era el error ¿su novio o yo?


La última vez que lo vi iba camino a juntarme con mis amigos, a tomar algo al Paseo. Y ahí estaba, con su novio paseando un domingo. Electroshock. Los seguí un rato como un psicopata a escondidas para ver que hacían, sin mencionar mi obsesivo masoquismo. Por suerte no le estaba dando la mano, ni se los veía con un halo de felicidad rosa. Pero estaban juntos, yo podría ser ese si no fuéramos cobardes. Si yo le hubiese dicho lo que sentía la primera vez que estuvimos cerca. Esa vez que hasta mi ex nos vio en la pista y pensó que éramos novios, por nuestra cercanía, nuestra cara de felicidad. 

Unas semanas después era mi cumpleaños. Treinta años de soledad que se sentían como cien. Quería despertarme y que todos esos recuerdos se hubiesen borrado, y volver a ser un bebé, sin recuerdos, sin miedos, sin fobias. Me puse como objetivo no pensar en él en todo el día. Objetivo que se cayó a pedazos cuando el primer mensaje del día fue el suyo. Un mensaje lindo, gracioso y esperanzador. Mi cara de bobo otra vez. Lo debo haber leído mil veces como si no me lo hubiese aprendido de memoria la primera vez. No se había olvidado de mi y lo más importante, en el mensaje recordó algo que habíamos hablado una vez. Ahora si era un feliz cumpleaños.


Eso me hizo pensar que quizás no lo podía olvidar, que no lo podía borrar de mi mente, porque si lo hacía iba a borrar una parte de mí. Olvidarlo, sería un poco olvidarme. Borrarlo sería borrar esa parte que es feliz cuando estoy con él. Cuando conversamos de cosas que no converso con nadie más. Cuando coincidimos en cosas que nunca pensé que iba a coincidir con alguien como él, cuando escuchábamos las mismas canciones y nos recuerdan al otro inmediatamente. Cuando nos reímos de las mismas estupideces. Quizás no lo podía olvidar porque había una parte de mí que resplandecía cuando estaba con él y viceversa. Quiero cancelar el procedimiento. Porque al igual que sucede en la película, por más que ambos personajes trataron de borrarse, algo inexplicable los volvió a cruzar en el camino del otro. Algo que quedó resplandeciendo en el mapa de sus recuerdos los unió una vez más.


Quizás algún día el Sr.Q. luche por lo que siente por mí, termine su relación y quede libre para que estemos cerca de nuevo. Y entonces iba a poder gritarle todos los sentimientos que estuve guardando en ese cajón. Lo que no sabía era que ese día estaba más mucho más cerca de lo que pensaba. La hora de despertarse estaba por llegar.

Pablo M. Acuña


 Pregunta para el foro: ¿Qué tácticas usás cuando tenes que olvidarte de alguien y no dejas de pensar en él?