viernes, 27 de marzo de 2009

Luna Llena, Corazón Contento



El miércoles pasado fue luna llena y eso hizo que sea un finde agitadísimo. Porque como una vez me explicaron, la luna llena mueve mareas y es imposible que nosotros al ser 75% agua, no nos alteremos también. Así me sentía el jueves, cuando fui con amigas al aniversario de Dorian Gray. Ahí es cuando vi a Claudio, un chico que me gusta hace mucho, solamente porque es una de esas personas a las que ves y podes decir que es una buena persona. Solo que claro, nunca me acerqué a el ni nada, porque siempre estuvo con alguien. La última vez que lo vi, fue hace más de un año, ambos esperábamos un taxi y estaba por preguntarle si quería compartirlo conmigo, pero justo cuando lo iba a hacer, aparece alguien más con la misma pregunta y el acepta amablemente. Pero esta noche fue diferente, porque por primera vez, él me estaba mirando. Hicimos toda la noche lo de mirarnos y esquivarnos la mirada con una sonrisa, todo estaba muy claro, hasta había globos en forma de corazón sobrevolando entre nosotros (literalmente). Todo esto hasta que terminó la música y en la salida, entre la gente saliendo desesperada por una misma puerta, nos rozamos y yo lo miré y él me esquivó la mirada. De todas formas, todo quedó ahí, ninguno dio el paso, ninguno se animó, pero me fui con el presentimiento de que lo iba a volver a cruzar muy pronto y que la próxima vez, pase lo que pasé, lo iba a enfrentar.



El viernes durante todo el día, estuve pensando en lo que podría haber pasado si me acercaba a Claudio o si él se acercaba. Obviamente me arrepentí de no hacerlo y me preguntaba si siempre iba a ser así, es decir, ¿llegará algún día en que después de tanta experiencia por fin nos sintamos seguros en estas situaciones? ¿a medida que crecemos se nos va la timidez y aprendemos a tomar las cosas con más tranquilidad?¿o siempre vamos a tener esa sensación de estar por desmayarse y morir de un paro cardiaco?. Ese sábado iba a saber las respuestas a estas preguntas

Pero primero veamos mi historial de acercamientos: la primera vez fue con un chico a la que le di mi número y se espantó, me tiró la tarjeta al piso y salió corriendo prácticamente. Horrible momento. La segunda vez fue con Martin, que no solo amó el gesto, sino que, amó tanto el gesto que esa misma noche dejó a su novio por mí. Tuvimos una linda e intensa relación. La tercera vez, fue con otro ex, solo que no llegué a hacerlo, pero me confesó que le hubiera encantado, así que cuenta como una buena. Y la cuarta y última, fue con Eric que no solo no me escuchó, sino que fue hasta un poco despectivo. Otro horrible momento. Entonces quedamos empatados dos a dos.

Lo que pensaba era que en todas estas experiencias, desde la primera a la última, antes de acercarme siempre tuve la misma sensación. Siento que el corazón se me sale, se me secan los labios, me tiemblan las piernas y me altero demasiado.
Siempre creí que después de un tiempo, todo ese nerviosismo y ansiedad, la timidez e inseguridad se iban a ir, o al menos disminuir, pero al parecer eso no está ni cerca de suceder. Y es que es como jugar a la ruleta rusa, nunca se sabe con lo que te vas a encontrar, como va a reaccionar el otro o si te van a salir todas las cosas que le querés decir sin tartamudear y mezclar el sentido de las palabras.

En cuanto a la experiencia, si bien siempre estamos aprendiendo algo nuevo, no siempre aprendemos lo que necesitamos aprender, sino lo que nos toca aprender. Esta temporada aprendí muchas cosas: que para conquistar a alguien, a veces hay que entrar en su juego, pero no se puede jugar eternamente, que la única forma de que los demás te perciban como alguien feliz y alegre, es aceptándote a vos mismo tal cual sos; aprendí lo importante que es prestarle atención a alguien que estas conociendo y lo importante que es que ellos te presten atención.

Entendí también lo difícil que es encontrar nuevos amigos que se queden a tu lado en las buenas y en las malas y que aunque los tenga lejos a la mayoría, siempre puedo contar con ellos, porque los verdaderos amigos siempre se sienten cerca. Hablando de amigos, también aprendí que si realmente querés, podes ser amigo de tu ex; que ya no estoy para amores de verano, sino para amores de todo un año y una de las cosas más importantes que aprendí de mí, es que puedo perdonar a esas personas que me hicieron mal en el pasado, sin guardarles rencor y desearles el bien. Nada mal, ¿no les parece?

Pero si aun habiendo aprendido tantas cosas, aun me sigo poniendo nervioso al acercarme a alguien, es porque es algo que tiene que ver conmigo pero también, es el hecho de que quizás nunca seamos expertos en el amor y en las relaciones porque en realidad nadie puede serlo. El amor es diferente y significa millones de cosas diferentes para cada persona. Y si nos ponemos ansiosos, si el corazón nos late a mil y temblamos cada vez que nos gusta alguien, puede que sea una buena señal. Señal de que aun tenemos esa pasión; que todavía conocer a alguien nuevo nos da una adrenalina que se siente genial que nos va a conducir al enamoramiento y más tarde al amor. Y eso, es absolutamente valorable.



Cargado de valor, esa noche de sábado y con una luna gigante y amarilla mirándome, me propuse hacer todo lo imposible para encontrarme con Claudio. Ninguno de mis amigos pudo acompañarme, así que salí solo. Mi plan era encontrar a Claudio y decirle todo lo que me gustaba. Mi intuición me dijo que iba a estar en Dorian Gray, así que ahí fui. Me iba a quedar hasta las 3.30 y si él no iba, me tomaba un taxi a otro lugar hasta encontrarlo. Pero exactamente a las 3.15 entró por la puerta, más lindo que nunca y se encontró con sus amigos. A partir de ese momento, solo fueron miradas que cada vez se hacían más obvias, idas y vueltas pasando uno al lado del otro para darnos oportunidades de decirnos algo. Ustedes saben a lo que me refiero, es cuando te separas de tus amigos para "ir al baño" o a "tomar aire" y por el único camino que podes pasar es justo por el lado del chico que te está mirando jaja. El hizo eso, dio toda la vuelta para ir al baño y quedar cara a cara conmigo ¡PERO NINGUNO DIJO NADA!. Casi me desmayo ahí, porque de verdad creía que ese era el momento. Después lo perdí como por una hora y creía que se había ido, pero no, estaba ahí, con los amigos. Se hicieron las 6 y el lugar cerró, salimos afuera y él seguía con sus amigos y yo me quedé por él y siendo bastante obvio. Pero se fueron al after y yo los seguí por atrás. Mi idea era tocarle la espalda y hablarle. Mientras cruzábamos el puente con mucha gente alrededor, miré una vez más la luna y me repetía: ¡tengo que hacer esto! ¡Tengo que hacer esto!.

Llegamos al Ojo Bizarro y el con su amigo quedaron atrás en la fila. Ahí es cuando escuché que su amigo le daba ánimos diciendo: "dale, animate, se caritativo, ¿a vos que te gustaría?" a lo que él contestó: "yo siempre soy caritativo". Ya estábamos a punto de entrar y Claudio le dice al amigo que se iba a su casa, se despiden y es ahí cuando voy detrás de él. En esta parte imagínense que el único sonido que escuchan son mis latidos acelerados. Para animarme más pensé en que iba a ser una excelente columna para terminar la temporada. Y entonces grité: "¡Claudio!". El se dio vuelta con una sonrisa, que por cierto, es hermosa, se quedó sorprendido y mudo. Yo temblando, tartamudeando y con los labios secos comencé el monologo: "Hola, no se por dónde empezar, la verdad vine hasta acá, solo por vos, porque me gustas…mucho y no me quería arrepentir de no decirte nada, como el jueves" el me miraba y parecía contento, yo seguí: "entonces, mirá, te dejo mi teléfono (saqué mi tarjeta) y si te intereso, me mensajeas, me llamás o lo que quieras" y ahí por fin pude escucharle la voz, él me contestó con la mejor de sus sonrisas: "Mirá, te agradezco, de verdad, me encantó esto, pero la verdad es que no puedo, estoy… en otra". Sorprendido le pregunté:"¿En otra cómo?" y él me contestó: "en otra…comprometido con otra persona…pero de verdad, te agradezco". Yo me relajé, sonreí y le dije que estaba todo bien, lo saludé y me volví a mi casa caminando.

Por supuesto que me fui triste, por supuesto que me pregunté si me había mentido. Pero después me di cuenta que realmente no importaba. Lo importante era que me había jugado por él, que vencí mis miedos y le confesé mis sentimientos. Y eso es algo para estar orgulloso.

Con mi amigo Gastón hablábamos acerca de jugarse por alguien y yo le decía que siempre me preguntaba si en verdad hay dos tipos de personas, "los que se juegan" y los "por los que se juegan". Si algún día se puede cambiar eso, o si siempre voy a ser de los que se juegan y dejan todo por el otro. Definitivamente me he estado jugando desde siempre, y no me mal interpreten, me encanta, pero a veces me pregunto si alguien se va a jugar por mí. Supongo que todos nos preguntamos eso en algún punto. Por otro lado, siempre escuchamos a la gente decir "me encantaría que se jueguen por mi" y cuando finalmente alguien lo hace, muchas veces lo rechazan, ya sea porque no se ven en una relación con esa persona, por su aspecto físico o porque resulta alguien diferente a lo que tienen en su mente como la idea del "príncipe azul". Creo que este tipo de cosas, deberían valorarse un poco más, yo sé que si alguien tiene uno de estos gestos conmigo, al menos, me gustaría conocerlo y darle una oportunidad. Después de todo, nunca hay que olvidarse, que el enamoramiento también es un proceso, no siempre tiene sucede a primera vista.



Muchas veces nos quejamos del ambiente, de los histéricos y de todo lo malo que es, pero hay muy poca gente que hace algo al respecto. Me parece que hay muchas formas de recomponerlo y una de ellas sin duda es dar esperanzas mediante estos gestos y demostraciones de afecto. Más allá de si salen bien o mal, al menos, es bueno saber que todavía existe gente que se juega, que quizás algún día la otra persona se va a enamorar y recuerden ese día que te jugaste como una linda anécdota. Esperanza de que en cualquier momento alguien puede tocarte la espalda y confesar que todo este tiempo estuvo enamorado de vos. No crean que soy ingenuo, se que con esto no se solucionan todos los problemas del ambiente, pero si es cierto, que la esperanza de que todavía hay gente excepcional dispuesta a amar, es al menos algo para sentirse y ,porque no, ser mejor.

Esta temporada no sucedió, pero en la próxima, espero conocer a alguien excepcional como el que estuve esperando todo este tiempo. ¿Será la tercera, la vencida?

Eso lo sabremos en la tercera temporada de Sexo Gay En La Ciudad que regresa en Mayo. Gracias a todos los que me leyeron, comentaron y me enviaron sus mails, los leo a todos y estoy muy agradecido por el apoyo. Y por supuesto a LUGARESGAYCBA por este espacio.

Pabl3Te

¿Realmente te has jugado por amor ultimamente?