miércoles, 11 de diciembre de 2013

Joven & Alocado ( Parte II )



Previamente…Caín nos había descubierto. Yo me había paralizado. Cuando Caín intentó unírsenos y Abel lo empujó, Caín reaccionó mal y salió corriendo a decirle a mi mamá lo que estábamos haciendo. Rápido nos vestimos y salimos detrás de el para tratar de detenerlo. Pero parecía decidido, ya había tocado el timbre. Entonces antes de que mi mamá saliera, se me ocurrió una idea: le dije que si no decía nada, le iba a dar plata, $100, que en esa época era muchísimo más que ahora. Mi mamá salió y Caín no dijo nada. Busqué la plata le dije que tampoco le diga nada a su madre. El aceptó.


EVANGELIO 1:6 – LAS ESCALERITAS DEL PECADO


Caín nos había dejado tranquilos por un tiempo. Con Abel nos veíamos mucho menos y a escondidas por las dudas. Creía que estaba todo bien, pero no. Un día, Caín comenzó a pedirme plata en la escuela, para no contarle a mis compañeros. Todos los días tenía que darle la plata que me daban para el recreo o él iba a contarle a todo el mundo que era gay. Digamos que esas semanas adelgacé unos kilos. No solo era horrible porque consideraba aCaín uno de mis amigos, sino también por lo que pasó semanas después. Abel se enteró que su hermano me estaba sobornando y en lugar de ayudarme, el también comenzó a hacerlo. No lo podía creer, sobre todo porque creía que le gustaba de verdad. El problema era que ya no tenía más plata ahorrada y tuve que hacer algo dolorosísimo: robarle a mi mamá. Había caído al fondo del pozo. No podía caer más bajo. Incluso pensé en suicidarme y terminar con todo. Hasta que un día, Caín me pidió una cantidad de plata que yo no tenía, me dijo que si no se la daba iba a hablar con mi mamá. Cuando llegó a mi casa, yo lo estaba esperando afuera. En la calle no había nadie. Le dije lo basura que era y que ya no me importaba si le decía a mi madre o no. Y cuando estaba por hacerlo, lo tomé de los brazos, lo tiré al piso y comencé a golpearlo. Esa fue la única vez que me agarré a las piñas con alguien. El me pidió que parara que no iba a decir nada y se fue. Y nunca más me molestó, ni él, ni su hermano. De a poco y en secreto, ahorré y le devolví la plata que le había robado a mi madre.





 EVANGELIO 1:7 – EL BUEN CAMINO DEL EXORCISMO 


Uno de eso días en que me escapaba de la escuela para ir al Parque que quedaba cerca, y sentarme a pensar mirando el río. Decidí que lo mejor que podía hacer con todo lo que sentía era bloquearlo. Exorcizar esos sentimientos homosexuales e intentar que se vayan. En mi cabeza tenía sentido. Sentía que no podía seguir sintiéndome un pecador. Volví a mi casa, tiré todas las películas gays que tenía escondidas, las revistas y hasta dejé de tocarme por un tiempo pensando en hombres. Hice nuevos amigos y traté de buscar un deporte que me gustara para distraerme. Así conocí a Adán (no se llamaba así obviamente). Nos hicimos muy amigos. Era un muy buen tipo y me gustaba que podía conversar con el por horas sobre temas diferentes a los que estaba acostumbrado: como las relaciones, el sexo y otras cosas pero desde un lugar maduro. El se puso de novio con una de mis amigas, me pedía consejos y hablábamos todo el tiempo de su relación. Esto lo llevó a pensar que yo debería salir con una de sus amigas de la infancia que iba a nuestra misma secundaria. El decía que no podía dar tantos buenos consejos y no tener novia. Entonces me presentó a su amiga (Eva).


EVANGELIO 1:8 – LA PARÁBOLA DE ADÁN Y/O EVA 


Con un poco de dudas aún sobre mi sexualidad, decidí probar y tratar de conquistar a Eva.Adán me ayudaba a hacer estrategias para conversar con ella, me hacía gancho (así se decía en esa época ja). Adán le llevaba cartas que yo le escribía y hasta flores. Eva me parecía una chica linda y con quien podría llegar a funcionar. Mientras eso sucedía, mi amistad con Adán crecía muchísimo más. Y comenzaba a confundirme si mis sentimientos por él eran algo más que amistad. Durante las noches fantaseaba como sería tener sexo con ella pero a veces, se aparecía él en la fantasía. Era una lucha constante entre lo que sentía y lo que quería sentir. En la escuela trataba de conquistar a Eva, pero todo el resto del tiempo me la pasaba con Adán. Íbamos a ver películas los dos solos y hasta me llevaba a pasear con su familia los domingos. Su familia me amaba. Hasta que el profesor deGeografía organizó un viaje al Sur entre los diferentes cursos. Al que fuimos los tres. En el viaje, Adán terminó su relación con mi amiga. El estaba mal y yo como uno de sus mejores amigos, trataba de escucharlo y ayudarlo. No me gustaba verlo mal y ahí fue cuando me di cuenta de cuánto lo quería. Estaba todo el tiempo tratando de animar a Adán y me gustaba mucho más estar con él. Como si fuera poco, nuestras habitaciones del hotel, estaban cerca y yo siempre lo pasaba a buscar para irnos a alguna excursión o para ir al comedor. Una de esas veces, llegué y me dijo que se había dormido y se tenía que bañar para bajar a cenar, entonces lo esperé. Salió del baño solo con su toalla. No sé para que había tirado todas las películas porno, porque de repente, estaba viviendo una. Nunca lo había visto sin remera. Sabía que tenía lindo cuerpo, pero no que parecía un modelo de Calvin Klein. Los hombros, las piernas, los abdominales marcados, sus lunares y el agua, parecía un sueño, un sueño porno. Me encantaría estar exagerando, sobre todo en ese momento, pero estaba sucediendo de verdad. Quedé mudo mientras él se vestía. Afuera la temperatura era bajo cero, en esa habitación, entre el vapor del baño y mi calentura, yo no paraba de transpirar. A esa altura no sabía que era peor, mirarlo o imaginarlo desnudo. Traté de no mirarlo. Obviamente nada pasó, pero fue ahí donde lo confirmé. No había caso, no era una etapa que se pudiera superar, ningún sentimiento que se pudiera bloquear o exorcizar. Me gustaban los hombres. Me gustaba Adán.




EVANGELIO 1:9 – SI NO TENGO AMOR NADA SOY

Después de cortar con Adán, mi mejor amiga intentó reconquistar a su ex, porque sentía que se merecían otra oportunidad. Ella no estaba segura porque creía que él ya no sentía nada por ella. Por cómo se miraban, yo siempre le decía que él estaba enamorado de ella todavía. Y que ya que ella fue la que lo dejó, ella debería ir a decirle lo que sentía. Pero algo terrible sucedió. Su ex falleció en un accidente automovilístico y mi amiga nunca pudo decirle lo que sentía. Ella quedo destrozada por supuesto y todos en el curso también. No podíamos creer que ya no lo íbamos a ver más. Eso me hizo ver las cosas desde otra perspectiva, a valorar la vida y a ser honesto con mis sentimientos y con mi sexualidad. No podía seguir escondiéndome para siempre o sintiéndome culpable. Sentía que si negaba sentir amor, era como negar todo lo que era. Dijo Pablo en corintios: Si no tengo amor, nada soy. Si no tengo amor vengo a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe. Entonces decidí decirle a Adán que me pasaban cosas con él. Lo invité al cine y él me dijo que tenía que contarme algo también. Después de la película, lo veía nervioso y preocupado. Más que yo. En mi mente rezaba porque el sintiera lo mismo que yo. Pero no. Me confesó que hacia unas semanas, el estuvo con Eva y que no sabía cómo decírmelo, pero que se habían enamorado. Nunca aguanté tanto las ganas de llorar. Le dije que estaba todo bien, que agradecía su honestidad y que le deseaba lo mejor. El no me creyó, por mi cara de tristeza obviamente y pensó que yo me había enojado por su traición. Entonces decidió alejarse, al igual que yo, que no soportaba ver cómo me miraba, con un poco de lástima. Siempre me pregunté si en el fondo se había dado cuenta de algo o si él sintió algo alguna vez. Pero no volvimos a ser amigos nunca más.

EVANGELIO 1:10 – LA REVELACIÓN DE JUAN

En el último año de la secundaria, conocí a Juan, en una especie de boliche lo más cercano a gay-friendly que había en Santiago del Estero. El iba a segundo año de psicología de laUniversidad Católica. Obviamente la primera vez que entré al boliche, tenía muchísimo miedo, estaba solo en un lugar que no conocía, no sabía qué hacer. El se acercó y me dijo que le resultaba conocido, lo que me aterrorizó mucho más, hasta que después me dijo que era una excusa. Conversamos de nuestras vidas y me convidaba tragos que no me gustaban para nada. No me quedaba claro si quería ser mi amigo o algo más, hasta que me invitó a ir a su auto a charlar ‘mejor’. Me dio un poco de pánico ir al auto de un extraño, así que le dije que mejor vayamos al mío. Eso me daba como 3% menos de pánico, pero me animé. Cuando sube, ve los cds que tenía en la guantera: uno de los Backstreet Boys y uno de Britney Spears. Por si no le había quedado claro lo de mi homosexualidad. Dimos unas vueltas en ese barrio, yo no tenía idea que hacer y estaba muy nervioso. El me dijo que estacionara un rato, estábamos en el medio de la nada, solo nos iluminaba la luna llena gigante que había esa madrugada. Hicimos los asientos para atrás y nos quedamos charlando mirando la luna. Después de unos chistes terminamos hablando de nuestras familias. Yo le conté que me iba a vivir a Córdoba y de los miedos que tenía de ser gay y la culpa que sentía. El me dijo que a él le pasaba lo mismo. Venia de una familia ultra-religiosa. Pero me explicó que un día se puso a pensar realmente en cómo sería Dios, porque todo el mundo piensa que sabe como es, pero la verdad es que nadie puede saberlo con seguridad. Es como cuando la gente habla de la muerte o del amor. Nadie sabe. Entonces llegó a la conclusión de que seguramente Dios no castigaría a nadie por amar, por querer a alguien, sea del sexo que sea o de la orientación sexual que sea. Dios nos quiere a todos por igual y que era como ridículo pensar que no sea así. En todo caso a Dios le importa mucho más si sos un mal tipo o un buen tipo. Así que, si era un buen tipo, nada malo podía pasar y no tenía porque sentir culpa de nada. Un razonamiento muy simple si se quiere, pero en ese momento me voló la cabeza y me hizo ver todo desde otro lugar. Después de eso, nos comenzamos a besar por un largo rato y nos quedamos abrazados y acariciándonos hasta que amaneció. Fue hermoso.


ÉXODO Y EL ÚLTIMO TESTAMENTO

Después de eso y antes de mudarme a Córdoba, decidí que no iba a culparme más, ni tratar de matar a mi yo. Que mis padres, aunque tuvieron algunos errores como todos los padres del Universo, tuvieron muchos más aciertos, porque habían criado a un buen tipo. Lo que no debe haber sido nada fácil. Y que todo lo que me pasó y viví en la adolescencia, lo malo y lo bueno, fue esencial para la persona que era hace once años cuando llegué y para la persona que soy hoy.
Dijo Pablo en Corintios: Cuando era niño, juzgaba como niño, hablaba como niño, pensaba como niño, blah blah blah como niño. Más cuando fui hombre, dejé lo que era de niño.
Digo yo en esta columna: Cuando era niño, juzgaba como niño, hablaba como niño, blah blah blah como niño. Ahora que soy hombre, me esfuerzo cada día para no olvidarme de lo que aprendí siendo niño y volver a sentir, amar, como cuando era niño, creer en la felicidad como cuando era niño. Creer que Dios me ama tal cual soy y sobre todo, creer en mí mismo. Porque si llegué hasta aquí, es gracias a lo que fui y cómo lo fui. Amé, amo, amaré y amén.

Dedicado a la memoria de Luciano B.

Gracias a Lugaresgaycba por permitir expresar quien soy durante 65 columnas y por las que vendrán. A los que me leen, a los que comentan y a los que me enseñan de la vida a través de sus experiencias…

Pablo M. Acuña
pabl3te
@pabl3te
pabl3te@hotmail.com
youtube.com/pabl3te


 Pregunta del foro: ¿Qué experiencias de la secundaria te marcaron para formar lo que sos hoy?

Joven & Alocado ( Parte I )


Con el Sr. Q omnipresente y aún así ausente en mi vida, mientras rezaba para que se me apareciera en cuerpo y alma, resucitara aunque sea en un mensaje de texto o exorcice a su novio de su vida, decidí seguir mi camino y tratar de no obsesionarme. La esperanza es lo último que se pierde, pero tampoco voy a perderme de darle la oportunidad a alguien nuevo. Así es como de repente en mi vida apareció el Niño F. Se sobreentiende por su sobrenombre que es más chico que yo, y eso era lo que complicaba un poco la situación. Por lo general, la edad no es un problema, salvo en este caso. Porque si comenzaba la relación tratando de proyectar algo, iba a ser complicado visualizar un futuro con él. Pero, por otro lado, yo también fui joven y sé que la madurez no viene con la edad, sino con la experiencia. ¿Entonces tenía que darle una oportunidad al Niño F?

Mi primer novio me llevaba casi 18 años y Dios sabe que todo hubiera sido diferente si yo me hubiera dado una oportunidad con él y viceversa. Y eso que en ese entonces no creía en Dios. Todo era muy diferente en ese entonces, mi edad, mis creencias, el país, el mundo y mi madurez. Aunque antes de llegar a Córdoba algo de experiencia tenía, o al menos eso creía…


EVANGELIO 1:1: A LOS ONCE Y EN UN SUEÑO

El santito de la escuela, excelente conducta, excelentes notas hasta en educación física, donde era un desastre, sin embargo, siempre le caí bien a los profesores de educación física y ellos a mí, claro que por distintas razones en la mayoría de los casos. El mejor amigo del curso a quien ponían al más rebelde de la clase a sentarse conmigo para que sus notas mejoraran y lo hacían. Me llevaba bien hasta con ese de la clase que todos odiaban. Pero si había tenía un enemigo. Un alumno de otro curso que era detestable, pedante y agresivo con esos compañeros que ya alertaban a mi inmaduro gay-dar. En esa época, los bullys no existían y sinceramente en una escuela pública a nadie le importaba mucho lo que pasaba en los recreos. Mucho más en una escuela gigantesca. Pero yo lo veía todo. Escuchaba los gritos y veía como desnudaban en pleno pasillo a ese compañero algo afeminado. La impotencia de no poder hacer nada y el miedo a que si lo defendía, quizás iban a pensar (o saber) que yo también era gay, aunque ni siquiera yo lo tenía tan claro. Hasta que un día, me quedó un poco más claro, cuando en un sueño, peleábamos cuerpo a cuerpo, sin remera, en medio de los demás compañeros. Realmente lo detestaba, y era una pelea con mucha brutalidad lo golpeaba y le ganaba. Él, como la mayoría de los chicos malos, era hermoso y sexy. No pude evitarlo, me desperté en el medio de la noche y había sucedido. Mi primera eyaculación, había tenido un sueño húmedo. No sabía que me pasaba, y no se lo conté a nunca a nadie, ni a mis padres. Un tiempo después escuché entre mis amigos lo que era ‘hacerse una paja’ y entonces supe que era lo que me había pasado. Desde entonces, siempre que lo veía sentía rabia y al mismo tiempo me calentaba sexualmente. De todas formas, sentía que estaba haciendo algo malo, que estaba pecando en muchos sentidos. Antes de dormir, con mi mamá siempre rezábamos y yo en silencio, siempre pedía perdón por sentir eso por un hombre. Por muchos años seguí haciendo ambas cosas: tocándome pensando en ese compañero y sintiéndome culpable después. Al bully, lo encontré muchos años después en un boliche gay, a mi me calienta el sado-masoquismo y el compañero afeminado es ahora un exitoso transformista en Tucumán. La vida es bella.

EVANGELIO 1:2 : DIOS ESTÁ EN TODOS LADOS (Y MIS PADRES TAMBIÉN)

"Aunque no lo veamos, Dios está en todas partes" y cuando dicen que Dios nos creó a su imagen y semejanza, le dio esa misma omnipresencia a mis padres. Hubo una época en que estaban siempre pendientes de mis comportamientos, de mis amistades, de lo que hacía y lo que no. Hasta pensaban que mis amistades me estaban arruinando y siempre me amenazaban con enviarme a una escuela privada y religiosa. Quizás sabían que algo me estaba pasando o que algo estaba ocultando. Porque siempre fui malísimo para mentir, y en esa época lo era mucho más. Pero en realidad eran ocultamientos. Tenía miedo que descubrieran algún lado homosexual, algo que me delate. Y eso me hacía parecer un sospechoso en mis actitudes. Sobre que de por sí, era bastante sigiloso y callado, no ayudaba para nada el hecho de que tenía pruebas del pecado escondidas en la casa. Porque en esa época no se podía borrar un historial de la compu. En esa época era un videocassette gigante, por lo general rojo, de una porno alquilada en el videoclub en el que había mentido la edad, las revistas gays NX escondidas detrás de los juegos de mesa, recortes de publicidades con hombres casi desnudos y un diario intimo que me había regalado una amiga donde escribía cartas y poesías a chicos que me gustaban y lo que me pasaba con ellos. Ya en ese entonces tenía ganas de escribir todo. Claro, que en esa época, escribir y tener un diario era algo muy gay. Ridículo. Hasta que un día, mi madre, que todo lo ve, encontró el diario y me preguntó porque lo tenía escondido delante de todos en el almuerzo. Nunca supe si lo leyó o no, tenía un candadito de esos de juguete. Inventé algo super sospechoso, mencioné algo de Doug Narinas y me hice el enojado. Esa noche, corté todo lo que había escrito, lo quemé y dejé de escribir por el miedo a ser descubierto. Por las dudas. La desconfianza de mis padres iba creciendo cada vez más, al igual que mi paranoia


EVANGELIO 1:3 - SOMOS LA OSCURIDAD DEL MUNDO

Después llegó el primer enamoramiento. Aunque en realidad para mi compañero era más explorar su sexualidad, yo ya estaba seguro de lo que quería. Así es que cuando venía a estudiar conmigo durante las calurosas siestas donde todos dormían y mientras mi mamá estaba en el trabajo, comenzó un jugueteo muy adolescente con ese compañero (a quien llamaré D). A veces sentía que yo lo pervertía y me sentía lo peor del mundo, entonces dejaba de hablarle, pero él siempre volvía, él también tenía ganas. Y cada vez, subíamos la apuesta, aunque después nos sentíamos sucios y culpables, muy culpables. Entonces nos ignorábamos por un tiempo. Pero claro, éramos adolescentes y nada detenía las ganas. Hasta que una vez, en la escuela, decidimos pedir permiso para ir al baño a la misma hora y nos encontramos en el baño. Ahí nos desnudamos e hicimos todo, o lo que creíamos que era hacer de todo en ese entonces. Pero justo entró alguien al baño, nos asustamos, recuerdo que sentí algo horrible, que mi vida estaba terminada y me venían imágenes como las que ves antes de morir. Era el conserje limpiando el baño. Rápidamente, D pasó al cubículo del lado por debajo, le pasé la ropa y nos fuimos de ahí casi corriendo sin que nos descubriera. Después de eso, decidimos parar un poco, él se puso muy mal y me dijo que estaba mal lo que hacíamos, que teníamos que parar. Y lo entendí. Nos dimos un último beso muy triste y lleno de frustración. Y nunca más hablamos sobre el tema. Él después se puso de novio con una chica, siempre tuve claro que era heterosexual y que solo estaba experimentando.

EVANGELIO 1:4 – LA PRIMERA COMUNIÓN & LA CONFIRMACIÓN DEL INFIERNO

Como todo adolescente de padres cristianos y de muchas tías hipercristianas, tuve que hacer la Primera Comunión para no ir al infierno. Infernal era levantarse los domingos a las 8 de la mañana para ir a catequesis. Lo único por lo que iba era para ver ese chico del barrio, que era un poquito mayor y que, aunque durante la clase era angelical, todos en el barrio sabían que era un demonio. Eso me calentaba obviamente. Trataba de concentrarme en las clases, pero solo veía sus brazos y sus piernas. Pero tenía que calmarme, estaba en la Iglesia, no podía pervertir todo. Como si fuera poco, el sacerdote de la Iglesia, era lo más estricto y te preguntaba cosas de la Biblia en el medio de la multitudinaria misa de los domingos. Te hacía pasar al frente y te gritaba si no sabías la respuesta. Es decir, dos horas de puro sufrimiento y terror. Para mí era complicado concentrarme, sobre todo porque siempre terminaba al lado del vecino que era alto como yo. Y durante la misa, tenía que tomarle la mano para rezar, darle la paz y soportar estar a su lado, casi pegado, todo transpirado en esa microscópica iglesia de barrio, en la misa del mediodía, con ventiladores insuficientes en Santiago del Estero. Pero tenía competencia, nuestro joven catequista, estaba obsesionado con él, casi tanto como yo. Siempre lo estaba buscando y siempre que podía le tocaba el hombro y cosas más obvias. Y yo notaba que le interesaba más que como alumno. Mi vecino se aprovechaba de eso muy bien sobre todo durante los exámenes. El catequista nos hablaba de los mandamientos, del significado de pecar y de todas las cosas que teníamos que confesar al sacerdote antes de tomar la hostia. Al poco tiempo al catequista ese, lo trasladaron y en el barrio se comentaba que se había quedado con plata de las limosnas. ¡Que santo! Antes de la Primera Comunión pensé si confesarle al sacerdote mis pensamientos impuros, sobre ser gay y demás, pero decidí que no tenía nada de malo, como querer estar con alguien iba a tener algo de malo. Si Dios existía, estaba seguro que iba a entender. Hice la Primera Comunión pero no la Confirmación. Le expliqué a mis padres que no estaba seguro de eso, que no sabía si creía tanto en la Iglesia y en la religión. Ellos entendieron.


EVANGELIO 1:5 – CAÍN & ABEL

En la escuela, tenía muchos grupos de amigos. Entre ellos había algunos que veía seguido ya que vivíamos en el mismo barrio. Caín (así le voy a decir) era uno de los consideraba buenos amigos. Tenía un hermano menor (al que voy a llamar Abel), era solo un año menor, por lo que siempre jugaba con nosotros. Ambos eran lindos a su manera, pero me sentía mucho más cercano de Abel, porque podía conversar con él y le gustaban las mismas cosas que a mí. Una noche de verano, nos quedamos jugando a las escondidas con varios de los chicos del barrio. Con Abel tuvimos la idea de escondernos en el mismo lugar. Caín era quien nos buscaba y estaba cerca. Entonces Abel me tomó de la mano y me llevó a una casa abandonada que había en la cuadra. Estábamos atrapados y apretados en una de las habitaciones. Y de la nada, empezamos a besarnos y a tocarnos. Nos metimos mano, nos acariciamos. En esos momentos, nos olvidamos de que Caín nos estaba buscando. Hasta que nos encontró. Nos quedamos paralizados sin saber qué hacer. Caín se rió y se acercó. Quería unirse a nosotros. Pero nosotros no queríamos, Caín insistió y comenzó a bajarse los pantalones, ahí es cuando Abel lo empujó muy fuerte y lo hizo caer al piso y lastimarse. Caín se enojó y salió gritando: ‘¡Ahora van a ver mariquitas, putos de mierda, voy a contarles a todos. Voy a ir ahora a contarle a tu mamá, Pablo!’ y salió corriendo hacia mi casa…

Continuará…


Pablo M. Acuña

pabl3te
@pabl3te
pabl3te@hotmail.com
youtube.com/pabl3te