jueves, 9 de mayo de 2013

El Diario De Pablo Acuña


Un verano más ha terminado. Trataré de resumir los momentos memorables en esta columna…mmm…ok, mejor, solo algunos momentos. Volvamos a las fiestas en Santiago del Infierno.  El maratón de comida patrocinado por mi madre, mis gatos que me miran con bronca cuando ocupo mi cama, ahora territorio de sus siestas eternas. El calor insoportable que me pone de mal humor y los horarios de gente normal. En la cena de Navidad, todos están en pareja y todos tienen la oportunidad de darse cuenta que falta alguien al lado mío. Entonces algún pariente que pregunta: ‘¿Estas saliendo con alguien?¿para cuando la presentación oficial?’. Todos quedan mirándome esperando que algún año diga ‘está con su familia’o algo así. Y yo solo pienso: ‘Es Navidad, noche de paz, noche de amor’ solo sonrió amablemente, digo algo como ‘Pronto’ y sigo comiendo. Mi padre me salva y cambia la conversación.


Me preparo para volver a Córdoba para Año Nuevo con mis amigos, aunque con un poco de culpa de dejar a mis padres. Mi madre me aclara que si estoy saliendo con alguien le gustaría que se lo cuente y que si alguna vez lo quiero llevar a Santiago que será bien recibido. La miro con cariño y le digo que no estoy saliendo con nadie, pero gracias por la invitación. Es bueno saber que si algún día sucede, cuento con ellos. Ya los extraño y todavía no me fui. Vuelvo a Córdoba, feliz de que sea un año impar, porque como todos saben, los años impares tengo mejor suerte en el amor. En la columna anterior les hablé del sueño que tuve con un chico que nunca hubiera imaginado iba a moverme algo en mi inconsciente  el Sr Q. Alguien tan diferente que a veces se volvía insoportable. Entonces decido ahondar en esos sentimientos. Durante las vacaciones nos escribimos esos ‘te extraño’ y demás confusiones de ‘¿me extraña como amigo o como algo más?’. Lo que si estaba claro es que cada vez pensaba más  en él. Todos los días un poco y el doble los domingos. Pero cuando volvimos a vernos ya no era lo mismo y me preguntaba por qué. Cosa que me quedó clara cuando lo ví besándose con su ex. Una noche en el sillón de mi casa, viendo tele, me cruzo con la peli El Diario de Bridget Jones, y me doy cuenta que estoy como Bridget al principio de la película. Tirado en mis pijamas, comiendo y llorando por alguna serie. Mi celular está tan desocupado, que hay veces que se apaga solo, como si hubiera perdido las esperanzas. Ahí fue cuando decidí que no daba para más seguir así. Tenia que hacer algo si no quería morir solo en mi casa con un gato contento de que iba a tener la cama para el solo. Necesitaba nuevos propósitos: retomar hacer las cosas que me gustan como escribir escribir estas columnas, diseñar, filmar, correr, comer sano para bajar mínimo 5 kilos, dejar de experimentar con tragos de dudosa procedencia, acomodar mi placar todos los días, etc. Pero sobre todo no enamorarme perdidamente de: chicos que no saben lo que quieren, chicos con novios o con ex novios recurrentes, gays confundidos, heteros confundidos, heteros con familias, mentirosos, egocéntricos, falsos, pedantes, aburridos, GCUs, gente que usa la expresión ‘negros de mierda’,  gente que trata mal a los mozos y mucho menos con alguien que reúna la mayoría de estas cualidades.



Cumbre con mis amigos para un poco de guía: ‘Decile al Sr.Q lo que sentis por el, no le des vueltas y largate a la pileta’, ‘Ignoralo, no le hables y fijate si te extraña’, ‘Olvidate de todo, inscribite en un curso de algo solo para conocer gente nueva’. Ahora estoy más perdido. También está el famoso: ‘Tengo alguien que re pega para vos’, léase como ‘alguien que rechacé en el pasado y no se como sacarme de encima’. Siempre les recuerdo que eso nunca funcionó, por lo general terminan preguntándome por ellos y sacándome información de su estado civil. No se sientan mal por mi, terminamos siendo amigazos y yo dándoles consejos sobre como conquistar chicos y escuchando sus problemas. Ellos siempre terminan diciéndome frases como: ‘Vos te mereces estar con alguien bien’. Y yo pienso: ‘Eso es lo que trataba de hacer con vos, solo que no te diste cuenta porque solo pensas en vos y en tus sentimientos’. Pero bueno, al menos no voy a morir solo, voy a tener un millón de amigos en mi velorio y ningún viudo. 


Por suerte todo cambió una noche, cuando un chico se me acercó a hablar y sorprendentemente no me preguntó por mis amigos. Me dijo: ‘En realidad quería preguntarte por vos. ¿Estas con tu novio?’ Mi cara de sorpresa y alegría era inescondible. CC (así le vamos a decir), me había estado viendo hace años. Literalmente años. Nunca se había animado a hablarme. Tomamos unos tragos, bailamos y vino el primer beso. Se sintió bien, muy bien. Vamos a su casa a desayunar más besos, pero no pasa de eso, prefiero que nos veamos otro día y seguir conociéndolo antes de tener sexo. Todo iba bien, yo ya pensaba como se llevaría con mis padres y todo eso. Hasta que en la primera cita oficial después de cenar se va al baño y veo ahí su celular. Exactamente el mismo celular que el Sr Q. ¿Una señal? Preferí no darle importancia. Seguramente en ese momento el estaba teniendo sexo con su ex. ¿Por qué estaba pensando en esto? Necesitaba focalizarme en CC. Era dulce, le gustaba hace mucho, psicologo, tenía mi edad y besaba bien. ¿Qué más quería?

Sin embargo, había un pequeño problema, aparentemente CC no era ‘salidor’ como yo, prefería quedarse en su casa, besándome contra la pared, sobre su sillón, en su ascensor,  en su cama, pero no salir. Cuando le digo que había salido todo el fin de semana, me mira con cara de: ‘Sos ambientero’ pero lo disimula y me dice: ‘que bueno’. Esa noche me quedé en su casa, de nuevo sentía que no estaba bueno tener sexo todavía, no se porque. A el no parecía importarle. Después de unos besos más, nos recostamos, acariciamos, escuchamos música y el se duerme. Mi brazo queda atrapado debajo de su cuerpo. Traté de dormir, pero no podía, el calor y la humedad se me pegan al igual que pensamientos que no quería tener. Me preguntaba si podía dejar mi vida de soltero para estar con CC, si iba a poder cambiar mis hábitos para estar con él. Y me hice la pregunta que se supone que no tenes que hacerte nunca: ¿si CC fuera el Sr. Q., pensaría todas estas cosas? ¿Me importaría tanto salir si estuviera ahora en una cama con el Sr.Q?¿Estaría teniendo sexo con él? ¿Es malo comparar las relaciones entre si o a veces es necesario para aclarar los sentimientos?



Todo se complicó en la segunda cita, cuando salimos a cenar fuera y me di cuenta que hacia algo que me molestaba mucho: estaba de acuerdo con todo lo que yo decía y cuando yo no coincidía con algo que decía, cambiaba de opinión en el aire, para agradarme. Se notaba que no estaba de acuerdo para nada y sin embargo me daba la razón como a los locos. Esa noche íbamos a salir juntos y le presentaría a mis amigos. Pero él quería quedarse en su casa, me dijo que estaba todo bien que yo saliera. Otra mentira. Lo acompañe a su casa para despedirme ‘bien’, donde trató de convencerme de quedarme. Sabía que si me quedaba el sexo era inevitable. Pero eso no hubiera sido justo con él, ni conmigo. También iba a ser una prueba, si el realmente quería estar conmigo, iba a tener que aceptar esta parte de mi y no tratar de cambiarme, mucho menos de un día para otro.

Al otro día CC me escribió un patético inbox de facebook diciéndome que deberíamos dejar de vernos, que sentía que yo estaba en otra y que se sentía incómodo. No me molestó la parte de que estaba en otra, o la de dejar de vernos. Me molestó que dijera que sentía incomodo cuando lo único que quería era que estuviera con él todo el tiempo y como si fuera poco, antes que yo le conteste algo, ya me había eliminado de facebook. Le contesté algo cortante explicándole que solo nos habíamos visto 3 veces, que estaba conociéndolo mejor antes de avanzar y que de esta manera me quedaría la sensación de que en realidad todo lo poco que vivimos había sido falso, porque si él se sentía incómodo entonces había fingido todo el tiempo que estuvimos juntos, en el sillón, en la cocina, en el ascensor, en la cama. Terminé con un ‘te deseo lo mejor’, bloquear, eliminar…para siempre.

Es muy loco, porque antes, alguien como CC me hubiera movido el piso y me hubiera conformado solo con gustarle. Pero hoy prefiero alguien que sea real, que tenga su propia opinión aunque sea diferente a la mía y que nuestra relación sea un desafío. Que ambos luchemos para estar con el otro desde un lugar más real y no alguien que salga corriendo al primer obstáculo que se presente.  Por más confundido y diferente que seamos con el Sr. Q. al menos lo que tenemos es sincero. Más allá de que suceda algo con él o no en el futuro, al menos sé que nos queremos ‘tal cual somos’. Eso es y debería ser lo más importante de una relación, siempre.




Unos días después CC me escribió un mensaje de texto pidiéndome perdón, queriendo que nos juntáramos a hablar, que se había equivocado, pero que iba a entender si lo ignoraba. Y eso hice. ¿Porque cual sería el sentido de darle otra oportunidad? El respeto propio ante todo.  Una noche en un bar, mi amigo Tomás describía a cada uno del grupo con algo distintivo y cuando tocó el turno de describirme a mi dijo: ‘Pablo es el que siempre se enamora de alguien imposible’. Nada más acertado, ese soy yo. Tengo casi 30 años, 3 kilos menos que en el verano y sigo buscando un amor de película en esta ciudad. Alguien  sincero que me quiera tal cual soy. Y si es un desafío, eso solo va a hacer la película más interesante y el final mucho más feliz. Las vacaciones se terminaron ¿listos para la acción?
 
Pablo M. Acuña


Pregunta para el foro: Cuando estás entre dos relaciones ¿que cualidades o actitudes valorás más para jugarte por una o por otra?