Un verano más ha terminado. Trataré de resumir los
momentos memorables en esta columna…mmm…ok, mejor, solo algunos momentos.
Volvamos a las fiestas en Santiago del Infierno. El maratón de comida patrocinado
por mi madre, mis gatos que me miran con bronca cuando ocupo mi cama, ahora
territorio de sus siestas eternas. El calor insoportable que me pone de mal
humor y los horarios de gente normal. En la cena de Navidad, todos están en
pareja y todos tienen la oportunidad de darse cuenta que falta alguien al lado
mío. Entonces algún pariente que pregunta: ‘¿Estas saliendo con
alguien?¿para cuando la presentación oficial?’. Todos quedan mirándome
esperando que algún año diga ‘está con su familia’o algo así. Y yo solo
pienso: ‘Es Navidad, noche de paz, noche de amor’
solo sonrió amablemente, digo algo como ‘Pronto’ y sigo comiendo. Mi
padre me salva y cambia la conversación.
Cumbre con mis amigos para un poco de guía: ‘Decile al Sr.Q lo que sentis por el, no le des vueltas y largate a la pileta’, ‘Ignoralo, no le hables y fijate si te extraña’, ‘Olvidate de todo, inscribite en un curso de algo solo para conocer gente nueva’. Ahora estoy más perdido. También está el famoso: ‘Tengo alguien que re pega para vos’, léase como ‘alguien que rechacé en el pasado y no se como sacarme de encima’. Siempre les recuerdo que eso nunca funcionó, por lo general terminan preguntándome por ellos y sacándome información de su estado civil. No se sientan mal por mi, terminamos siendo amigazos y yo dándoles consejos sobre como conquistar chicos y escuchando sus problemas. Ellos siempre terminan diciéndome frases como: ‘Vos te mereces estar con alguien bien’. Y yo pienso: ‘Eso es lo que trataba de hacer con vos, solo que no te diste cuenta porque solo pensas en vos y en tus sentimientos’. Pero bueno, al menos no voy a morir solo, voy a tener un millón de amigos en mi velorio y ningún viudo.
Por suerte todo cambió una noche, cuando un chico se me acercó a hablar y sorprendentemente no me preguntó por mis amigos. Me dijo: ‘En realidad quería preguntarte por vos. ¿Estas con tu novio?’ Mi cara de sorpresa y alegría era inescondible. CC (así le vamos a decir), me había estado viendo hace años. Literalmente años. Nunca se había animado a hablarme. Tomamos unos tragos, bailamos y vino el primer beso. Se sintió bien, muy bien. Vamos a su casa a desayunar más besos, pero no pasa de eso, prefiero que nos veamos otro día y seguir conociéndolo antes de tener sexo. Todo iba bien, yo ya pensaba como se llevaría con mis padres y todo eso. Hasta que en la primera cita oficial después de cenar se va al baño y veo ahí su celular. Exactamente el mismo celular que el Sr Q. ¿Una señal? Preferí no darle importancia. Seguramente en ese momento el estaba teniendo sexo con su ex. ¿Por qué estaba pensando en esto? Necesitaba focalizarme en CC. Era dulce, le gustaba hace mucho, psicologo, tenía mi edad y besaba bien. ¿Qué más quería?
Sin embargo, había un pequeño problema, aparentemente CC no era ‘salidor’ como yo, prefería quedarse en su casa, besándome contra la pared, sobre su sillón, en su ascensor, en su cama, pero no salir. Cuando le digo que había salido todo el fin de semana, me mira con cara de: ‘Sos ambientero’ pero lo disimula y me dice: ‘que bueno’. Esa noche me quedé en su casa, de nuevo sentía que no estaba bueno tener sexo todavía, no se porque. A el no parecía importarle. Después de unos besos más, nos recostamos, acariciamos, escuchamos música y el se duerme. Mi brazo queda atrapado debajo de su cuerpo. Traté de dormir, pero no podía, el calor y la humedad se me pegan al igual que pensamientos que no quería tener. Me preguntaba si podía dejar mi vida de soltero para estar con CC, si iba a poder cambiar mis hábitos para estar con él. Y me hice la pregunta que se supone que no tenes que hacerte nunca: ¿si CC fuera el Sr. Q., pensaría todas estas cosas? ¿Me importaría tanto salir si estuviera ahora en una cama con el Sr.Q?¿Estaría teniendo sexo con él? ¿Es malo comparar las relaciones entre si o a veces es necesario para aclarar los sentimientos?
Todo se complicó en la segunda cita, cuando salimos a cenar fuera y me di cuenta que hacia algo que me molestaba mucho: estaba de acuerdo con todo lo que yo decía y cuando yo no coincidía con algo que decía, cambiaba de opinión en el aire, para agradarme. Se notaba que no estaba de acuerdo para nada y sin embargo me daba la razón como a los locos. Esa noche íbamos a salir juntos y le presentaría a mis amigos. Pero él quería quedarse en su casa, me dijo que estaba todo bien que yo saliera. Otra mentira. Lo acompañe a su casa para despedirme ‘bien’, donde trató de convencerme de quedarme. Sabía que si me quedaba el sexo era inevitable. Pero eso no hubiera sido justo con él, ni conmigo. También iba a ser una prueba, si el realmente quería estar conmigo, iba a tener que aceptar esta parte de mi y no tratar de cambiarme, mucho menos de un día para otro.
Al otro día CC me escribió un patético inbox de facebook diciéndome que deberíamos dejar de vernos, que sentía que yo estaba en otra y que se sentía incómodo. No me molestó la parte de que estaba en otra, o la de dejar de vernos. Me molestó que dijera que sentía incomodo cuando lo único que quería era que estuviera con él todo el tiempo y como si fuera poco, antes que yo le conteste algo, ya me había eliminado de facebook. Le contesté algo cortante explicándole que solo nos habíamos visto 3 veces, que estaba conociéndolo mejor antes de avanzar y que de esta manera me quedaría la sensación de que en realidad todo lo poco que vivimos había sido falso, porque si él se sentía incómodo entonces había fingido todo el tiempo que estuvimos juntos, en el sillón, en la cocina, en el ascensor, en la cama. Terminé con un ‘te deseo lo mejor’, bloquear, eliminar…para siempre.
Es muy loco, porque antes, alguien como CC me hubiera movido el piso y me hubiera conformado solo con gustarle. Pero hoy prefiero alguien que sea real, que tenga su propia opinión aunque sea diferente a la mía y que nuestra relación sea un desafío. Que ambos luchemos para estar con el otro desde un lugar más real y no alguien que salga corriendo al primer obstáculo que se presente. Por más confundido y diferente que seamos con el Sr. Q. al menos lo que tenemos es sincero. Más allá de que suceda algo con él o no en el futuro, al menos sé que nos queremos ‘tal cual somos’. Eso es y debería ser lo más importante de una relación, siempre.
Unos días después CC me escribió un mensaje de
texto pidiéndome perdón, queriendo que nos juntáramos a
hablar, que se había equivocado, pero que iba a entender si lo ignoraba. Y eso
hice. ¿Porque cual sería el sentido de darle otra oportunidad? El respeto
propio ante todo.
Una noche en un bar, mi amigo Tomás describía a cada uno
del grupo con algo distintivo y cuando tocó el turno de describirme a mi dijo:
‘Pablo es el que siempre se enamora de alguien imposible’. Nada más acertado,
ese soy yo. Tengo casi 30 años, 3 kilos menos que en el verano y sigo buscando
un amor de película en esta ciudad. Alguien sincero que me quiera tal cual soy. Y
si es un desafío, eso solo va a hacer la película más interesante y el final
mucho más feliz. Las vacaciones se terminaron ¿listos para la acción?
Pablo M. Acuña
Pregunta para el foro: Cuando estás entre dos relaciones ¿que cualidades o actitudes valorás más para jugarte por una o por otra?