lunes, 5 de abril de 2010

El Futuro De



Sentía las ganas de llorar subiendo por mi cuerpo, pero de felicidad. La ceremonia ya estaba por terminar y yo no podía concentrarme en lo que decía el sacerdote. Estaban todos ahí, mis amigos, mi familia, me sentía en el final feliz de una película. Y llegó el momento de decir los votos, los que había practicado por años. Comencé diciendo: "Todos saben lo que me costó llegar hasta este lugar…". En ese momento me quebré un poco y hasta mis amigos que nunca había visto ni siquiera lagrimear, se quebraron también. Y ahí en la parte de "puede besar al novio" me desperté. Era obviamente un sueño que tuve el día del casamiento de mi prima. No pude ver la cara del que sería mi esposo, ni nada concreto, solamente sentí la felicidad. Es como el antónimo de la sensación fea que sentís cuando te soñás que te caes de la cama. Todo el día estuve pensando en eso, y por supuesto me pregunté: ¿Cuánto falta para que suceda?¿a caso es demasiado iluso pensar en un casamiento gay?¿o es iluso pensar en un ‘amor hasta que la muerte los separe’? es decir, ¿todavía hay gente que piensa casarse?



La verdad, me acuerdo que antes sentía el sueño más cercano y palpable. Recuerdo que con un novio bromeábamos acerca de eso, de cómo sería nuestro casamiento, en qué fecha, a quienes íbamos a invitar, quienes iban a ser los padrinos, que nos íbamos a poner y a dónde íbamos de luna de miel. Recuerdo habernos quedado toda una noche pensando en lo lindo que seria. Hoy el sueño está más lejos que nunca, ya que ni siquiera tengo novio.

No sé de dónde vienen esos pensamientos, solo sé que siempre los tuve. Hay días que no puedo estar sin pensar en el futuro de mi vida sentimental. Y ya que estamos, quería dar mi opinión acerca de algunos comentarios que leí sobre este asunto (algunos generales y otros sobre mi): hay gente que cree que los gays queremos casarnos y todo eso para imitar a los heterosexuales. Que quiero un hombre caballero porque me siento una lady o que queremos adoptar para copiar las familias heterosexuales. Y no es así. En lo personal me gustaría casarme porque es algo que siempre quise hacer, y quiero tener derecho a hacerlo. Me parece importante decir los votos y sellar el compromiso con alguien a quien amaré por el resto de mi vida, y lo quiero hacer delante de todos mis seres queridos. Me gustan los hombres caballeros, porque son el tipo de hombre que me gustan y no porque me sienta una ‘princesa’. Y quiero adoptar porque es algo que siempre tuve en mente, ya que yo mismo fui adoptado y no podría haber sido más feliz con la familia que me eligió. Es lo que quiero para mi vida y siento que es un derecho que no debería estar en duda de ser aprobado o no, como ley, mucho menos socialmente juzgado. Es otro sueño que parece lejano, pero voy a hacer todo lo posible para conseguirlo.

Quizás todas estas ganas de tener alguien a mi lado tenga que ver con que mis padres se casaron a los 23 y están por cumplir 40 años de casados y su amor sigue intacto. Yo llegué a Córdoba hace 9 años y hace 9 años que busco una relación que perdure, alguien que se esfuerce por hacer que las cosas funcionen, que se juegue. Hace 9 años que lo busco ¡¡¡¿Dónde está?!!!

Hace unos días le comentaba a un amigo lo mucho que extrañaba estar en una relación. Porque hay días que me siento muy solo. Trato de mantenerme ocupado con el trabajo y todo eso, pero llega un momento los domingos que me es inevitable pensar aunque sea un rato en eso. Le decía a mi amigo que extraño todo lo que implica una relación, lo bueno de la compañía, el estar pensando en otra persona, y hasta lo malo, hasta esas peleas que después te das cuenta que no tenían sentido (sobre todo cuando estas solo). Lady Gaga lo escribió muy claro en Bad Romance, querer a alguien, necesitar a alguien al punto de querer sus dramas, sus caricias, su fealdad, su mal romance.



Y los abrazos, ¡como extraño los abrazos! Me es inentendible pensar que alguien prefiera no estar abrazado a alguien. El otro día justamente veía una serie en la que uno de los personajes tenía los dos brazos quebrados y necesitaba que le ayuden a cambiarse la ropa porque se había mojado con la lluvia. Entonces cuando consigue quien le ayude, se da cuenta que lo que realmente necesitaba era un abrazo, entonces sin decir nada y en silencio, de repente abraza a quien le estaba ayudando y ahí no aguanté más. Lloré y lloré sin parar, fue un ataque de llanto, fue triste y liberador al mismo tiempo. Hacía mucho que no lloraba de esa manera, pero después de eso, me sentí en paz.

Unas semanas después había conocido a un chico, una noche muy extraña en la que me sentía sociable, me puse a conversar con él, fue así, muy cortito y al pasar, pero en la despedida tuvimos un micro-momento especial. Por unos segundos nos quedamos mirándonos y sonriendo sin decir nada. Hasta que volvimos a la realidad y nos separamos para seguir nuestro camino. Me quedé pensando en él durante toda la semana y a la siguiente lo encontré en la pista. Pasaba algo extraño, había unas miradas especiales que no entendía muy bien, pero eran lindas. Pero de repente me di cuenta, que las miradas especiales, no eran tan especiales, es decir, si eran, pero no exclusivamente conmigo. Eran así de especiales con todos. Y finalmente el terminó a los besos con otro chico en mis narices. Entiendo, es decir, hay gente que disfruta siendo soltero, y no lo juzgo, todos pasamos por esa etapa y está bueno. Pero también aceptemos que hay mucha gente que le encanta histeriquear y lo disfrutan. Es muy loco, hay gente que está dispuesta a histeriquear por toda una vida, pero no así, a amarnos hasta que la muerte nos separe. ¿Será que elegimos siempre el camino más fácil?



El finde salí con mi amigo Santi y le mostré a un tipo que siempre que salgo, lo veo solo. Creo que nunca conocí a alguien que me provocara tantas ganas de abrazarlo. No por lástima, sino porque es como si él estuviera hecho para eso. Más allá de eso, es hermoso: mirada tierna, nariz grande, pálido, cara de bueno, en fin, mi tipo. Más tarde, a la salida, volvíamos caminando y el iba adelante nuestro. Hasta que lo vimos entrar en un bar que estaba abierto. Y se sentó a desayunar solo. Santi me decía de ir a acompañarlo. Pero no lo hice y toda la semana me quedó esa imagen grabada. Y me arrepentí de no haberlo hecho, sobre todo porque quizás en un futuro ese sea yo. Y estoy seguro que me gustaría que alguien compartiera un desayuno conmigo. Porque aunque pasen los años, siempre voy a preferir estar acompañado.


Pablo M. Acuña
pabl3te@hotmail.com

Pregunta del foro:¿Pensás o pensaste alguna vez en casarte?