martes, 25 de diciembre de 2012

Los Deseos







Previamente en Sexo Gay En La Ciudad:

Mientras volvía de viaje desde Rosario no pude evitar pensar en Mar del Plata (así le decía a un chico que me interesaba quien finalmente me había invitado a tomar algo justo el fin de semana que me iba de la ciudad). Cuando le pregunté a mis amigos si lo habían visto en mi ausencia, me contestaron que lo vieron irse temprano del boliche con un chico. Ya sabemos que significaba eso. Lo que no sabía es que al fin de semana siguiente íbamos a estar muy cerca…



De vuelta en la ciudad, durante la semana, como buen investigador, averigüé si había pasado algo entre ellos, deseaba que no fuera así, pero todo parecía indicar que estaban ‘en algo’ o ‘saliendo’.  Entonces mis expectativas para encontrarlo ese fin de semana eran nulas. Hasta que sucedió. Mar del Plata se acordó que nos debíamos un trago, entonces me invitó a tomarlo ahí en el boliche para conversar un poco. Claro que él ya había estado tomando. Me di cuenta, por como me miraba, como me abrazaba y por lo cerca que se ponía al hablarme. Decidimos por algo que nos guste a los dos, había 2x1 de Para-corazones (coincidentemente), y lo aprovechamos.  Un poco fuerte quizás, pero a mí nunca me hace nada, así que acepté. Nos fuimos a bailar juntos un rato y en un momento comenzamos a conversar contra una pared. Ahí fue cuando apareció el chico con el que estaba saliendo y nos comenzó a mirar de reojo, pero tímidamente. Se quedó bailando muy cerca con otros amigos. Mar del Plata se dio cuenta y me confesó que estaba en algo con el pero que no era nada serio. Me dijo casi gritando por la música: ‘No sé, como que le falta algo, no me termina de cerrar’. En ese momento el chico nos miró, había escuchado todo, puso una cara de cuando te rompen el corazón, y decidió seguir bailando y alejarse de a poco. Mar del Plata mientras tanto, muy cerca de mí, me dijo al oído: ‘No creo que funcione’.  Y ahí me preguntó si yo estaba saliendo con alguien. Le dije que no, que hacía mucho que no. Entonces cuando me acarició como compadeciéndose de mí y por unos micro-segundos, se quedó mirándome fijo, estábamos a menos de tres centímetros y podía sentir en los labios que en cualquier momento se venía ese beso que tanto había deseado todo el año.

Pero me puse a pensar si era ese beso lo que realmente deseaba. El beso de un tipo que estaba un poco borracho, al que parecía gustarle pero no se animaba a decírmelo. Un tipo que estaba saliendo con alguien y que no le importaban para nada los sentimientos de los demás. ¿Era ese el tipo de hombre que deseaba para mí?

Hace 60 columnas atrás, en la primera columna, cedí ante el beso de un chico que estaba bastante borracho (o drogado, quien sabe). Y fue totalmente en vano, porque no significó nada, ni siquiera fue divertido y como si fuera poco, después ni se acordaba que había sucedido, ni de quién era yo. Hoy en día lo sigo viendo y sigue igual de borracho tratando de besarse con cualquiera. Besar a Mar del Plata iba a significar que después de 60 columnas, no había aprendido nada y me parece que no valía la pena. Entonces le dije que mejor nos íbamos a bailar. Y eso hicimos. No era el momento, no era él. 




Esta temporada, dos de mis ex se comprometieron en casamiento. Hace poco vi a uno de ellos desde el balcón de un bar. Estaba con el mismo chico que se iba a comprometer y pensé que a esta altura ya debe estar casado. Siempre me pregunté que hubiera sido de mi si seguía con él. Toda mi vida hubiera sido diferente. Pero a veces, las cosas pasan por algo. Quizás no tenía que seguir con él, porque el destino tiene un alguien diferente preparado para mí. Quizás mi destino es seguir soltero para seguir escribiendo estas columnas ¿quien sabe? Sin embargo, todo el mundo sabe que casarme es uno de mis grandes deseos. De hecho, todos los años en mi cumpleaños, es uno de mis tres deseos. Es por eso que a la gente le extraña que todavía no haya encontrado a esa persona (a mí también me extraña por cierto). Siempre me preguntan o mejor dicho me cuestionan: ¿no será que sos muy exigente?¿estás buscando en los lugares correctos?¿estás realmente abierto a conocer a alguien nuevo?¿no estarás enviando señales incorrectas?¿te estarás juntando con la gente que correcta?¿estás poniendo una barrera?¿estarás deseándolo tanto que los otros se asustan?¿lo deseas realmente como decís o es una fachada para esconder otra cosa?¿tu forma de vestir los estará intimidando?. A esta altura he escuchado de todo, desde preguntas ridículas hasta los más locos consejos. Pero la verdad es que no estoy haciendo nada fuera de lo común, estoy solo siendo yo. Y creo que lo que quiero hoy en día, es alguien que me quiera así. Alguien con quien compartir y pasarla bien, aceptando las diferencias y aprendiendo uno del otro. Es lo que siempre he deseado y no me parece algo imposible, porque lo tuve y quizás no lo supe valorar. Amé y fui amado, solo que nunca coincidieron las circunstancias de ambos. Algún día estoy seguro que van a coincidir. Y no es por nada, pero creo que no me merezco menos que eso, no quiero conformarme con lo primero que aparezca, quiero alguien espectacular, alguien que me vuele la cabeza y si hay que luchar un poco para conseguirlo, quiero un amor de película, por más cursi que suene. No solo estoy dispuesto a conseguirlo, sino que también estoy listo para una relación. Si hay algo que no quiero es terminar en una de esas relaciones que veo últimamente en donde la gente está por estar, porque sí, porque estaba ahí, porque sucedió y era práctico. Para no tener que esforzarse mucho. Algunas personas solo se conforman con que lo quieran un poco. Yo no. Quiero enamorarme y conseguir estar con esa persona que siempre soñé y que el sentimiento sea mutuo. Que haya algo fuerte de los dos lados y no solo del mío. Eso es lo que deseo. Si hay que esperar, espero.

Muchas veces los deseos se convierten en sueños y los sueños se convierten en realidad. Una de estas calurosas noches de verano, de repente soñé con EL, un chico con el que nunca había soñado antes. Alguien que conocía hace mucho, pero nunca le había prestado atención y la pasamos tan bien en el sueño, que desde entonces comencé a mirarlo de forma diferente y ahora siempre que lo veo recuerdo ese sueño.  Sueño en el que no solo teníamos sexo, sino teníamos una química increíble. Algo que me sorprendió porque nunca me hubiera imaginado estar con alguien como EL. Siento que quizás hay algo ahí que debería explorar, porque no muchas veces me sucede que veo alguien y siento que tendríamos la más increíble química. Siento que EL también siente algo extraño y raro cuando me ve, pero que todavía no está seguro de lo que es o no lo explora porque no es el momento. Pero quien sabe algún día sueña conmigo y comienza a fijarse en mí. Es muy raro pero siento que cuando tengo a alguien en la cabeza, de alguna forma, las cosas se ordenan y terminan poniéndolas en mi camino. Es lo que llamamos destino. Tener esa esperanza, ese deseo y esa incertidumbre, me anima a seguir luchando por lo que quiero. Y seguramente la próxima temporada, mi película con EL va a continuar. Siempre tuve mejor suerte en el amor, los años impares, es un hecho. 




Mientras eso sucede, lo mejor creo que es pensar en mí, en quererme a mí, en cuidarme a mí, mi corazón, mi salud. Porque entre todo ese desgaste de buscar a alguien, a veces nos olvidamos de nosotros mismos. Entonces decidí volver a hacer algo que hace mucho no hacía: volver correr. Y al volver a hacerlo, me sentí mucho mejor. Me llevó a donde todo comenzó hace 6 años cuando comencé un día a correr, escuchando Coldplay y no paré hasta bajar casi 30 kilos. Sacarme todo ese peso de encima por mí mismo y para mí mismo, perseverar y triunfar. Sentirme libre otra vez y volver a encontrarme, más maduro pero con el mismo corazón, con la ilusión de encontrar un corazón, en el corazón del país. Cada lágrima una catarata de enseñanza, cada deseo un sueño, cada sueño un esperanza. Cuando era chico, tenía mucho miedo de quedarme solo, de que mis padres no me aceptaran y que mi timidez no me permitiera nunca tener amigos. Hoy puedo decir que crecí muchísimo en ese sentido y tengo una familia y unos amigos que se sienten como familia, que me quieren tal cual soy. Entonces por ahora, voy a seguir disfrutando de lo que tengo y no de lo que me falta. Disfrutar también del amor a esta ciudad y por fin, después de muchos años puedo al fin decirlo: disfrutando de amarme. Porque como dice el conocido transformista Ru Paul: ¿Si no te amas a vos mismo, como diablos vas a amar a alguien más? Amén-se.




‘Quizás esté en la oscuridad, quizás esté de rodillas. Quizás esté entre el espacio entre los dos trapecios. Pero mi corazón sigue latiendo y mi pulso hace sonar catedrales en mi corazón…Cada sirena una sinfonía y cada lágrima una catarata. Y puedes herirme, herirme muy fuerte, pero aún así levantaré mi bandera’

Gracias a Lugaresgaycba por haberme dado este espacio por 60 columnas. A todos los que me leen y comentan, a los amores y los desamores que tanto me enseñan. Nos leemos en la quinta temporada en el otoño del 2013 con mucho más Sexo Gay En La Ciudad!

Pablo Martín Acuña

Pregunta para el foro: ¿Cómo deseás que sea tu próximo amor?

martes, 4 de diciembre de 2012

Los Viajes

Para alejarme un poco de todo el debacle del Sr. R (ahora Sr. RIP) y como festejo de mi cumpleaños, decidí viajar y comenzar mi año nuevo en un nuevo lugar. Entonces tomé a mis mejores amigos: Tomás, Damián y Santiago,  y nos fuimos a Rosario.

Cuando llegué hace diez años a Córdoba, todavía no existían ni el Facebook, casi nadie tenia celulares y se podría decir que para conocer gays tenias que realmente remarla. En esa época no tenía ningún amigo gay, estaba en una ciudad que prácticamente no conocía y como si fuera poco era extremadamente tímido. Entonces qué mejor que entrar a los chats telefónicos, muy de moda en esa época. Era entretenido tener con quien hablar anónimamente sin preocuparme mucho por lo que pensaban de mí, si algo malo o vergonzoso pasaba, podías cortar el teléfono y listo. Desde entonces siempre me llevé bien con los rosarinos. Digamos que al chat entraban desde todo el país, pero con los rosarinos siempre tenía mucha más química. No sé por qué. Bah, si lo sé. Eran mucho más desprejuiciados que en el resto de las provincias. Eran y de hecho siento que todavía lo son, no por nada el primer casamiento gay fue en esa provincia. En los chats teléfonicos ni siquiera importaba si eran heterosexuales o gays, siempre estaban dispuestos a hablar de lo que sea. El mejor sexo telefónico que tuve, siempre fue con rosarinos. De hecho hasta en un momento tuve una relación a distancia un chico. El era seguridad en un edificio de oficinas. Hablábamos todos los días y nos hacíamos compañía, estaba bueno tener alguien con quien conversar de las cosas que me pasaban en esa época, que claro, no se las podía contar a nadie. Todas las noches esperaba con ansias su llamado y hasta compartíamos cenas por el altavoz. Nos contábamos todo, teníamos sexo telefónico y después nos quedábamos charlando hasta altas horas de la madrugada. Nuestros sentimientos fueron creciendo y hasta me ofreció viajar a visitarlo pero no pude. Me dio miedo de que todo saliera mal y no tenia como dar explicaciones a mis padres, amigos, etc. La relación se desgastó y finalmente terminamos. Pero siempre me quedó esa sensación de que tenía que viajar alguna vez y lo fui posponiendo hasta ahora.

Con mis amigos llegamos a Rosario con todas las expectativas de un fin de semana largo espectacular. La ciudad nos recibió con un día espectacular y con hombres igual de espectaculares. Como olvidar ese profesor de educación física que ejercitaba a sus alumnos en la costanera. Claro que había un pequeño detalle. Mis tres amigos estaban en tres diferentes situaciones sentimentales. Uno al principio de una relación, otro en el medio de una relación y otro en una avanzada relación. Yo, claro, solterísimo. De todas formas eso no iba a intervenir en nuestros planes de pasarla bien. 

Aunque durante el viaje, tengo que admitir, que había momentos en que todos le escribían a sus chicos y yo extrañaba eso. Alguien a quien contarle como la estabas pasando, ya que mis mejores amigos estaban ahí. Son esos momentos que extrañas a esa persona que está pensando en vos y pendiente aunque sea un momento del día, recibir ese mensaje para saber si estás bien. Es muy lindo eso y hasta este viaje no había sentido esa falta.

En un momento, en un almuerzo, mi amigo Damián nos preguntó: ¿Para crecer hay que sufrir?. No me acuerdo como surgió la pregunta ni porque. Pero es algo que me quedé pensando desde entonces. No recuerdo que contesté en ese momento, pero creo que de alguna forma, el sufrimiento, en cualquiera de sus formas, la mayoría de las veces, te hace crecer más rápido. Si hay algo que aprendí de todo este tiempo que estuve solo y sufrir por eso, es que quizás no fue en vano, aprendí muchas cosas este año de mí, que no tenía claras antes.

Estuve mucho tiempo pensando y desgastando parte de mí en el Sr RIP, para finalmente darme cuenta que no era quien yo creía que era. Y darme cuenta de eso fue duro, pero también fue lo mejor podría haber pasado. Ahora sé que no siempre las cosas son como uno cree y que a veces, el enamoramiento ciego, no sirve de nada. Mi historia con mi ex, Tián, también me dejó varias cosas claras con respecto a lo que yo espero de una relación. Cosas que yo pensaba que quería para una relación resultaron no aplicarse en la práctica. Creo que crecí mucho en ese sentido, en apreciar lo que tengo, apreciar las amistades y relajarme un poco más con respecto al amor. Porque cuando lo tuve, en realidad extrañaba mucho estar con mis amigos. Algo que no había pasado antes. Y si bien podría parecer que es que me acostumbré a la soltería, creo que en realidad tiene que ver con que aprendí a disfrutarla. Disfrutar de salir con tus amigos más allá de estar o no de novio, no salir con el único objetivo de ‘estar con alguien’ y simplemente pasarla bien, bailar, compartir con tus amigos. No digo que no sea lindo conocer a alguien nuevo, besarse y tener sexo, sino digo que todo tiene su encanto. Cuando estás de novio uno tiende a pasar menos tiempo con sus amigos y a salir menos y eso quizás me hubiera evitado este año de conocer a mucha gente nueva que hoy son mis amigos.

Eso es algo que también descubrimos en este viaje a Rosario. Si bien era lindo salir y estar rodeado de gente nueva, yo personalmente extrañaba a mi gente. Ver algún conocido y conversar un rato, escuchar y bailar la música que nos gusta. Las salidas a bailar en Rosario la verdad no llenaron nuestras expectativas y creo que en gran parte fue por eso, porque no lo sentíamos nuestro lugar. ¿Quiere decir esto que finalmente habré encontrado mi lugar?¿Será Córdoba donde finalmente me siento como en casa?


















Durante 10 años me hice esa pregunta. Siempre estuvo la posibilidad de ir a Buenos Aires y seguir ahí. Pero no creo que hubiera sido lo correcto. Quizás ahí hubiera conocido a alguien y me hubiera puesto de novio o hubiese tenido más opciones en todos los aspectos de mi vida. Pero la verdad es que me hubiera perdido de muchas cosas lindas que me pasaron en esta ciudad.

Quizás en otra ciudad no hubiese seguido escribiendo estas columnas que me hacen tan feliz. Es muy loco como un viaje puede llevarte a pensar estas cosas y ver todo desde otra perspectiva. Es como cuando mis amigos me usan de consejero para sus relaciones, siendo que yo soy el solterón del grupo. A veces un punto de vista diferente puede hacer la diferencia. Es por eso que, a mi entender, esta bueno nunca dejar de lado los amigos. Siempre digo que las parejas que se encierran en sí mismas, muchas veces no crecen porque no tienen esa otra perspectiva, que siempre para bien o para mal, nos hace falta.

En Rosario, si bien no pasaron cosas trascendentales, nos reímos y divertimos mucho entre nosotros, compartiendo, paseando, conociendo la ciudad, haciendo shopping, viendo gente nueva. Léase también como 'baboseandonos por los hombres rosarinos'. En un momento hasta planeamos entrar a una Universidad haciendo el acting de que estábamos averiguando sobre las carreras, solo para ver chicos, jajaja. Es gracioso, porque en esta ciudad también hay chicos hermosos, pero por lo general no le prestamos atención, solo porque los tenemos cerca. Nuestra estadía en un apart hotel, sirvió para compartir cosas cotidianas y hacer cosas que generalmente no hacemos cuando estamos cerca, al menos no tan seguido. De alguna forma el viaje sirvió para unirnos y darnos cuenta que quizás los que buscábamos fuera, siempre lo tuvimos y mucho más cerca de lo que creíamos. Lo que más recuerdo del viaje fueron esos momentos que estuvimos juntos. Es por eso que una de las últimas noches, brindamos por eso, por nuestra amistad. Porque Rosario siempre estuvo cerca, pero nuestra amistad siempre estuvo más cerca.

Eso me hizo pensar que quizás en el amor me pase lo mismo. Quizás siempre tuve al amor de mi vida frente a mis narices y nunca presté atención o no me di cuenta ¿Qué pasa si lo que estuve buscando toda mi vida estaba mucho más cerca de lo que pensaba?



Es por eso que en el viaje de vuelta, mientras mis amigos se mensajeaban con sus chicos, yo le mensajeaba a mis amigos que habían quedado en Córdoba para saber de lo que había pasado en nuestra ausencia. En especial de lo que había pasado con un chico que me había estado interesando últimamente, al que le decimos Mar Del Plata. Antes del viaje, o mejor dicho, justo ese fin de semana que viajaba, me había invitado a tomar algo. Obvio que esas invitaciones solo suceden justo cuando me estoy yendo de la ciudad. Es por eso que en el viaje de vuelta le pregunté a mis amigos que habían salido si lo habían visto. Es cuando me contaron que lo vieron muy cerca de un chico con quien después se fue a su casa en un mismo taxi. Ya todos sabemos que significa eso. Lo que no sabía es que justo al fin de semana siguiente iba a estar muy cerca de él, de Mar del Plata. Que nuestros labios iban a estar a tres centímetros y que en un momento, abrazados junto a una pared me iba a confesar al oído algo que no esperaba escuchar…

Continuará…

Pablo Martín Acuña
 pabl3te@hotmail.com 
 Sexo Gay en la Ciudad 
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 Pabl3te

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